29 de mayo de 2017. Casa de la Cultura, XVI Certamen Nacional de Cortometrajes de Avilés. V.O.S.
Solo Zappa y sus palabras. En entrevistas televisivas. Y también en algunos conciertos. Siempre lo vemos a él y siempre es él quien habla.
Mucho menos elaborado que otros documentales sobre figuras legendarias (sin ir más lejos, el excelente I am not your negro de Raoul Peck que vimos la semana pasada en esta sala o el cautivador Amy de Asif Kapadia), este tributo a Frank Zappa nos muestra más su forma de ser frente (y contra) los medios que su manera de hacer en la música. Lo vemos provocando con sus letras y con sus agudas respuestas a los periodistas. También dejándose provocar por unos entrevistadores que, igual que aquí con Dalí, tenían más interés en lo que el entrevistado decía que en lo que hacía. Me quedo con su alegato en favor de la cultura, con su cuestionamiento de la relevancia de Estados Unidos entre las naciones del mundo y con esa emotiva entrevista final cuando su cáncer de próstata ya lo consumía. Interesante documental, por tanto, tras la sugerente muestra de cortos con que esta tarde ha comenzado realmente el Festival. Entre ellos el único que no me ha interesado ha sido Como lágrimas en la sal de Helena Mariño, una historia pretendidamente romántica pero ñoña con estética de videoclip y en la que todo está en inglés. En el irónico y sugerente Over the rainbow de Héctor Manteca (el título es lo único que está en inglés) varias personas que han muerto nos cuentan cosas desde el limbo. En El mal de Victor Cerdán hay un perro y un tipo algo macarra que resuelve las cosas a su manera. Mucha gracia e ironía hay también en Cariño me he follado a Bumbury de Teresa Bellón y César F. Calvillo (el título ya lo dice todo). Como también en su otro corto, No es fácil ser Gorka Otxoa, sobre la visita del actor a un (¿amigo?) enfermo. Decorosa de Enrique Buleo tiene el mérito y la gracia de hacer que unas maduras rústicas hablen como tales. Una sesión de fotografías, inicialmente para el carnet, es el motivo de Identidad, el elegante e interesante trabajo de Juan Carlevaris. Inquietante y sugerente es el relato mínimo de Ya no te quiero de Francisco Hervada Martín en el que una mujer casada recibe la visita de un hombre que ha incumplido la promesa de amor eterno que le hizo en quinto de EGB. Por último, el divertidísimo Estribillo de César Tormo nos muestra al director y a su hija discrepando sobre cuánto se debe repetir el estribillo de una canción. Así que ha sido una tarde agradable de cine en corto y en largo en esta primera jornada del Festival. Mañana más.