domingo, 14 de mayo de 2017

Las mil y una noches: Vol. 3, El embelesado

de Miguel Gomes. Portugal, 2015. 125’.
14 de mayo de 2017. Centro Niemeyer, Avilés. V.O.S.

Más historias de Sherezade en versión portuguesa. Al principio con ambientación orientalizante y personajes ficticios en atardeceres costeros y estivales. Después, la historia de los pajareros, unos hombres humildes y rudos que, sin embargo, resultan eruditos y refinados en el trato con los pinzones y sus cantos. También vemos imágenes de una manifestación de policias lisboetas mientras escuchamos el cuento de una china que vino a Portugal. 

Hace casi un año vimos en Madrid las dos primeras partes de esta trilogía. El día de la tercera preferimos optar por el teatro y disfrutar por última vez de aquel lugar extraordinario que fue La pensión de las pulgas. Así que, aprovechando que las tres películas se han proyectado esta semana en el Niemeyer, por fin he podido ver la tercera. El embelesado es menos variada que las dos anteriores. Al comienzo Miguel Gomes dedica más tiempo a esas pseudoficciones orientalizantes que a mi me interesan menos. Luego, la mayor parte de la película la ocupa una especie de documental, entre hiperrealista y poético, sobre los pajareros portugueses. Como el tema me interesa mucho (desde pequeño he tenido y criado canarios) y, aunque mi gusto por lo ornitológico tiene más que ver con prismáticos y telescopios que con redes, liga y jaulas diminutas, reconozco que, aún repugnándome la rapiña que practican, me interesa lo que hacen estos apasionados depredadores de los cantos y hasta encuentro cierta ternura en su afición. Así que comprendo perfectamente por qué apenas éramos una docena los espectadores de hoy (algunos desertaron antes del final), entiendo que Miguel Gomes tenga más reconocimiento de la crítica que del público (la verdad es que sus películas son muy pesadas), pero entre lo mucho que me gusta Portugal, lo bien que llevo las películas entre naturalistas y oníricas y que hoy daba gusto escuchar a los pinzones y ver la delicadeza de estos rústicos pajareros, al final no me quedará mal recuerdo de esta curiosa trilogía tan poco apta para tantos públicos.