2 de junio de 2017. Cines Los Prados, Oviedo.
Reunión crítica del G8 en un lujoso balneario de la costa alemana. El director del Fondo Monetario Internacional ha invitado también a un monje italiano con el que se encuentra a solas en la noche anterior a la reunión. A la mañana siguiente se ha suicidado. Todos piensan que el monje guarda secretos de confesión de enorme importancia económica.
Solo por ver a Toni Servillo en el papel de monje y a Daniel Auteuil haciendo de capo del FMI ya ha merecido la pena ver esta película. Con el primero Roberto Andò ya hizo la muy interesante y dislocada Viva la libertad. Aquella película tenía que ver con la política italiana. Ahora con Las confesiones nos lleva al centro de la economía mundial. Aunque un secreto de confesión y una muerte sorpresiva dan para un thriller interesante, lo mejor de esta película no son los enigmas que oculta, sino las cosas que se llegan a decir en esa cúspide del poder económico para la que este católico inmaculado que gusta de grabar a los pájaros y acaba atrayendo a los perros resulta un contrapunto de lo más singular.