17 de junio de 2017. Laboral Cinemateca, Gijón. V.O.S.
Lukas participa en una investigación singular en la que se conecta su cerebro con el de una mujer en coma. Las sesiones del experimento le harán vivir una experiencia de amor radical.
Imágenes, sonidos y banda sonora fascinantes. Las hipnóticas sensaciones de la primera sesión, los momentos en esa playa metafísica, en esa casa de arquitectura onírica, los encuentros de erotismo hiperrealista... Todas las escenas son magníficas y sorprendentes. Pero solo en las partes de la película en que se conectan los dos cerebros. En ellas la historia tiene un aire magnético y surrealista que hace pensar en el cine de Malick, en el del último Kubrick y hasta en el del primer Buñuel. Lástima que el resto sea mucho menos interesante y la ciencia ficción no esté a la altura de las ensoñaciones. Aunque quizá esté bien ese desequilibrio. Así compartimos con el protagonista la turbación por dejar esos increíbles espacios virtuales en los que es feliz con Aurora.