5 de diciembrel de 2015. Cine Renoir Princesa, Madrid. V.O.S.
La ciudad, el hotel y el bosque. Son los espacios de este mundo extraño en el que las personas viven en pareja, tienen cuarenta y cinco días para emparejarse o son convertidas en animales. Seguimos a un hombre que entra en el hotel y que quisiera ser langosta si no encuentra a nadie. Antes de que venza el plazo huye al bosque y se reúne con otros solteros fugitivos. Entre ellos lo prohibido es el amor. Y él tampoco se adapta a esa regla.
Estuvo en la sección Gran Angular del festival de Gijón pero no pude verla. Así que me alegro de encontrarme ahora en Madrid con esta nueva película del director de la inquietante Canino. Como aquélla, esta Langosta también seduce por su extrañeza. Es verdad que las reglas de ese hotel distópico y los avatares del protagonista durante la primera parte son tan inquietantes y están tan bien contados que no apetece salir de ese mundo de aires huxleyanos. Pero el contrapunto del totalitarismo sentimental que también imponen los renegados en el bosque hace que el conjunto tenga un interesante equilibrio y pueda leerse como una metáfora sobre los afectos y sobre su imposición a través de los defectos.