9 de noviembre de 2018. Laboral Cinemateca, Gijón. V.O.S.
Jean es un actor que debe interpretar su propia muerte. Lo hace en la escena del comienzo que se retoma al final. Entre tanto, se encuentra en un viejo caserón con Juliette, el gran amor que murió hace más de cuarenta años. Allí coincide también con unos niños que quieren filmar una película y le piden que actúe para ellos.
Jean-Pierre Léaud se moría magníficamente en la extraordinaria película de Albert Serra sobre Luis XIV. Aquí discrepa del director sobre la forma en que se ha de afrontar ese trance en el cine. De hecho, en la última escena lo hace de dos formas distintas. En medio, Nobuhiro Suwa parece querer decirnos que, en el fondo, el cine es un acto de amor hacia el pasado y también un juego de niños. Un mensaje muy apropiado contando con un actor tan singular como Jean-Pierre Léaud. Aquel que protagonizó nada menos que Los cuatrocientos golpes de Truffaut cuando era poco más que un niño.