viernes, 19 de noviembre de 2021

C'mon C'mon. Siempre adelante

de Mike Mills. EE.UU., 2021. 108’.
19 de noviembre de 2021. Escuela de Comercio. 59º Festival de Cine de Gijón (sección: albar). V.O.S.

Johnny graba entrevistas con niños y jóvenes de distintas ciudades y les pregunta sobre el futuro y sobre cómo ven a los adultos. Desde la muerte de su madre no tiene relación con su hermana, pero el ingreso de su cuñado en un centro de reposo por problemas mentales hace que deba ocuparse de su sobrino durante una temporada. El niño viajará con él desde los Ángeles a Nueva York y luego irán a juntos a Nueva Orleans. Será una oportunidad para conocerse mejor y tejer nuevas complicidades.

Tras los de San Sebastián, Valladolid, Sevilla y Huelva, el Festival de Gijón también vuelve a la presencialidad completa en esta 59ª edición que se inaugura hoy con esta película. Y no podía comenzar mejor que con esta delicada y deliciosa historia de Mike Mills que protagoniza Joaquin Phoenix interpretando a un personaje que bien pudiera ser él mismo cuidando de un sobrino. Solo por la elegancia intimista de ese blanco y negro que tan bien le va a esas ciudades invernales y por el cuidado del sonido y la banda sonora en toda la película ya resulta muy grato contemplar esta historia que tiene la dosis exacta de ternura lúcida. Pero, además de magníficamente interpretada, la película de Mike Mills tiene un guión impecable que nos hace ver la falta que nos hace prestar atención a lo que dicen los niños. Al principio parece que Johnny va a convertirse en una nueva versión del tío voluntarioso pero superado y que la película será la enésima advertencia de lo complicado que es criar a los niños (ese era uno de los subtextos de la última de Almodóvar). Según un discurso bastante extendido entre muchos treintañeros, dada la altísima formación que requieren las funciones parentales, quizá sea más recomendable depositar los afectos en mascotas efímeras que en hijos perpetuos. Sin embargo,  Mike Mills no cae en esa tentación.  De hecho, la madre del chico atribuye el deterioro mental del padre a que dejó de vivir con ellos y decidió, precisamente, adoptar un perro (curioso verbo). De modo que, más que una advertencia, la película es una invitación a una convivencia natural y desprejuiciada entre adultos y menores intentando evitar el blablablá  propio de los primeros y aceptando el juego verbal y la escucha bidireccional como estrategias que nos permiten, no solo comprender más y cuidar mejor del otro (sea adulto o niño), sino tomar conciencia que nos hacemos humanos estando con los demás humanos. Tengan la edad que tengan.