de Julia Ducournau. Francia, 2021. 116’.
30 de noviembre de 2021. Casa de la Cultura, Avilés. V.O.S.
Una chica inquietante mata a sus amantes y fornica con un coche. De niña había sufrido un accidente en otro y tuvieron que ponerle una prótesis de titanio en el cráneo. Tras sus últimos crímenes se hará pasar por el hijo pródigo de un bombero. El niño tenía diez años cuando desapareció, así que su padre recibe a esta impostora silente con un cariño infinito. De hecho, tardará en darse cuenta de que es mujer y está embarazada. Seguramente de aquel coche.
Crudo, la anterior película de Julia Ducournau, ya era exasperante. Pero las querencias caníbales de aquella muchacha resultaban más llevaderas que la forma en que mata la protagonista de esta y la manera en que lleva (y oculta) un embarazo en el que las pérdidas no son de sangre uterina sino de grasa de motor. De hecho, la presencia del siempre bienvenido Vincent Lindon haciendo de bombero amoroso no consigue levantar el interés de una historia bastante absurda y muy desagradable.