de Lisandro Alonso. Argentina, 2008. 84’.
27 de noviembre de 2025. Filmin.
Un marinero que trabaja en un carguero que atracará unos días en Ushuaia pide permiso para salir del barco y visitar su antiguo hogar. Hace muchos años que no ve a su madre y quiere saber si aún vive.
El director de Jauja y Eureka fue premiado en 2008 por esta película en el festival de Gijón. Liverpool sigue a un personaje casi silente que deja por unos días esa deriva vital (de la que es buena metáfora su trabajo en el barco) para volver al lugar del que salió hace muchos años y en el que nadie parece esperar ni desear su regreso. Sus trabajos en el vientre metálico del barco contrastan con los del aserradero de su antiguo hogar y con los afanes de los tramperos que aún viven allí. Es una vida prístina que recuerda un poco la de aquel hombre solitario y también silente de La libertad. Aunque lo más singular de la película es que la cámara no sigue el regreso al barco de ese personaje enigmático, sino que nos deja contemplando la vida cotidiana en ese hermoso lugar nevado. Al final no sabremos por qué lo abandonó, por qué regresó ni por qué volvió a irse de nuevo. Es como si finalmente ocupáramos su lugar en esa otra vida a la que ya nunca volverá.
