17 de junio de 2013. Cines Marta, Avilés.

La nostra vita no es dulce. Muestra las miserias de una Italia que se construye (y se destruye) con dinero negro, corrupción y trabajo ilegal. El error de Claudio se justifica por un vacío familiar y será precisamente el apoyo familiar lo que finalmente le salve. Tristes (y conservadoras) conclusiones si pretenden ser también diagnóstico (y pronóstico) de lo que está pasando.