miércoles, 23 de noviembre de 2016

Inversión

de Behnam Behzadi. Irán, 2016. 84’.
23 de noviembre de 2016. Cines Centro, 54º Festival de Cine de Gijón (sección oficial). V.O.S.

Niloofar tiene un pequeño taller de confección en Teherán. Ella es la única hermana soltera y vive con su madre en la casa familiar. Tras un ingreso en el hospital, los médicos recomiendan que la anciana viva lejos de esa ciudad tan contaminada. Así que los hermanos lo preparan todo para que Niloofar deje su trabajo y se vaya con la madre al norte. Pero Niloofar no quiere cambiar de vida. Sobre todo ahora que ha conocido a un hombre.

Del cine iraní ya me he acostumbrado a esperar siempre lo mejor. Así que no tengo dudas para elegir película en esta sesión del festival. Y no es un prejuicio sino la evidencia empírica lo que me lleva a considerar que en Irán se hace un cine de poderosa sencillez, de cautivadora familiaridad y de indudable universalidad. Inversión es una historia familiar en la que siento que regreso a esa escalera que mi admirado Asghar Farhadi hizo tan famosa en Nadir y Simin, a las tensiones entre hermanos que van tejiendo las madejas de responsabilidades y culpas en tantas familias y a esos epicentros existenciales tan reconocibles para cualquier ser humano. Behnam Behzadi tiene el acierto de colocar a esa mujer inteligente y apasionada en el centro de una historia en la que también destacan la lucidez de la abuela y de la sobrina y el contraste con la inercia mezquina que a veces caracteriza a esa edad media de la vida en la nos que toca ser hijos, padres y hermanos a la vez. Al lado de las muchas bobadas repletas de tópicos que se proyectan en tantos ciclos de cine sobre género, Inversión es una sencilla muestra de lo bien que un cineasta puede mostrarnos la encrucijada vital de una mujer tenaz. Y no porque el suyo sea cine sobre género, sino simplemente porque es buen cine.