sábado, 5 de noviembre de 2016

Sully

de Clint Eastwood. EE.UU. 2016. 96.
5 de noviembre de 2016. Cines Parqueastur, Corvera.

Sully era el piloto de aquel avión que el 15 de enero de 2009 acabó flotando en la bahía del Hudson después de que un choque con aves destrozara sus dos motores. Todos los pasajeros sobrevivieron y Sully fue considerado un héroe. Aunque no para la oficina de seguridad en el transporte que abrió una investigación para averiguar si la opción que había tomado era la mejor.  

Debo decir que me encantan las películas de aviones en dificultades y que me gusta mucho Tom Hanks. Así que sabiendo que en este caso todo el mundo se salva y que la película la dirige Clint Eastwood las ganas de verla eran aún mayores. Tras El francotirador el veterano director tenía fácil superarse. Después de aquel patético panfleto sobre un asesino que Clint Eastwood quiso reivindicar como héroe es como si deseara redimirse con la historia de este hombre que cumpliendo bien su trabajo se convierte en salvador. Las simetrías entre las dos historias son muchas y el contraste moral entre los protagonistas es inmenso. Sully es una historia verdadera sobre un hombre al que unas circunstancias excepcionales conviertieron en héroe mediático y que, por si eso fuera poco, tuvo que sufrir las sospechas (que provocaron otros pero que le hicieron dudar a él) de si su forma de salvar a 155 personas pudo ser un error. Esa investigación le permite a Eastwood alternar brillantemente numerosas escenas apasionantes sobre lo que sucedió aquel día con las de las indagaciones, interrogatorios y simulaciones que vinieron después. La historia, como aquel incidente aéreo en Nueva York, termina bien y le sirve al director para reivindicar unos valores, individuales y colectivos, de los que bien pueden sentirse orgullosos los americanos. Nada que objetar a este tipo de héroes. Ojalá Clit Eastwood siempre defendiera esos valores y no los que justifican conductas tan execrables como las que ensalza en películas tan malas como El francotirador o tan buenas como Mystic River.