miércoles, 15 de octubre de 2025

Jugar con juego

de Delphine Coulin, Muriel Coulin. Francia, 2024. 119’.
15 de octubre de 2025. Cines Embajadores-Foncalada, Oviedo. V.O.S.

Tras la muerte de su mujer, Pierre cuida con cariño de sus dos hijos. Él trabaja como ferroviario y comparte con ellos aficiones futboleras. El menor va muy bien en los estudios y entrará pronto en la Sorbona. El otro no ha terminado la formación profesional como metalúrgico y tiene amigos en entornos violentos de la ultraderecha. Pierre intenta evitar que su hijo entre en ese mundo, pero no le resultará fácil.  
 
Vincent Lindon fue premiado en Venecia por su interpretación de este padre doliente. Con su magistral contención consigue que entendamos a ese hombre que no sabe cómo enfrentar la situación de su hijo. Ese triángulo masculino funciona muy bien con esos muchachos que no llegan a ser Caín y Abel y ese padre que toma conciencia de no ser todopoderoso. Por lo demás, la película retrata las derivas totalitarias que la socialización futbolera puede generar en la masculinidad juvenil. Y no solo en Francia.

martes, 14 de octubre de 2025

Mi postre favorito

de Maryam Moghadam y Behtash Sanaeeha. Irán, 2024. 97.
14 de octubre de 2025. Casa de la Cultura, Avilés. V.O.S.

Mahin es una mujer madura que vive sola desde que murió su marido. También está solo Faramarz, un taxista al que conoce casualmente. Entre los dos podría haber sintonía, así que Mahin le invita a su casa para que conozca la dulzura de su habilidad repostera.  
 
No hay mucha complejidad en las relaciones entre los personajes ni esos dilemas morales a los que nos tiene acostumbrados el cine iraní. Mi postre favorito es una historia sencilla y tierna sobre una mujer obesa que se atreve a querer a un hombre tranquilo que se deja llevar. Los interiores son cálidos y la fotografía delicada, como la relación entre estos amantes que disfrutan con los juegos de la edad tardía. La felicidad parece estar a su alcance, casi hasta el final.

jueves, 9 de octubre de 2025

La isla de los faisanes

de Asier Urbieta. España, 2025. 98.
9 de octubre de 2025. Centro Niemeyer, Avilés. V.O.S.

En mitad del Bidasoa está la isla de los faisanes, un condominio binacional que medio año gestiona Francia y el otro medio España. Durante la ceremonia de traspaso de poderes aparece allí un cadáver. Es el de Omar, un hombre que intentaba cruzar a nado con un amigo y al que Laida no pudo salvar. Ella le reprocha a su pareja, Sambou, que no se tirara al agua con ella. Él también es negro, pero nació en Irún. Laida intentará encontrar al chico que rescató para que la familia de Omar pueda saber que ha muerto. 
 
Como escenario trágico para la inmigración, no parece que el Bidasoa sea como las costas canarias o mediterráneas de nuestro país. Y eso provoca cierta extrañeza en el espectador. Quizá la singular del lugar y la posibilidad de tratar en euskera ese tema sean los motivos para ubicar allí una historia que está contada de manera contenida, pero a la que le falta verosimilitud. Por ejemplo, en la relación de esa pareja y las actitudes de los dos. Así que La isla de los faisanes no será muy recordada entre las películas que abordan el drama de la emigración.

martes, 7 de octubre de 2025

Gatillero

de Cristian Tapia Marchiori. Argentina, 2025. 80.
7 de octubre de 2025. Casa de la Cultura, XXIV Certamen Nacional de Cortometrajes de Avilés.

Recién salido de la cárcel, un sicario recibe un encargo nocturno. Debe amenazar a alguien disparando a la fachada de su casa. Mientras lo hace, llegan otros que disparan a los que hay dentro y le culpan a él. Tras la refriega, emprende un intenso periplo por un barrio de la periferia de Buenos Aires. Hasta el amanecer.

Gatillero se une a la nómina de estupendas películas que han sido hechas (o así parece) en un único plano secuencia. Entre ellas están La soga, BirdmanEl triste olor de la Carne o Victoria (también El arca rusa, una película que aún no he visto pero recomendaba David Rodríguez en la presentación  de esta). Gatillero ofrece una tensión trepidante en la que se dispara, se corre, se va en moto, en coche, se saltan vallas y hasta se habla. Y todo eso con solo dos operadores de cámara, de los cuales uno es el director. Gatillero es turbia y arrabalera (está filmada en el barrio de la isla de Maciel) y cuenta con una interpretación soberbia de Sergio Podeley, un actor que lo da todo en ese prodigioso plano secuencia. Así que ha sido un acierto la colaboración de este certamen avilesino con BAFICI. El domingo tuvimos un magnífico encuentro con Julio Medem y hoy una jornada netamente argentina. Así da gusto vivir en Avilés. 

sábado, 4 de octubre de 2025

Turismo de guerra

de Kikol Grau. España, 2024. 70.
4 de octubre de 2025. Laboral Cinemateca, Gijón.

El turismo banalizador. También del sufrimiento y el horror. Son los nuevos usos celebratorios en ciertos lugares de la memoria. Los turistas se pueden hacer selfis en un nido de ametralladoras o ante un campo de exterminio. También asistimos a recreaciones históricas en las que hay mucha verosimilitud, muchos aplausos y mucho disfrute macho. Por ejemplo, mientras se revive con mucho realismo la batalla del Ebro.  

Con lucidez y mucho desparpajo Kikol Grau ha hecho un documento polivalente. De hecho, su presencia ha dado mucho juego en el coloquio. La suya es una película orientada a mostrar y deconstruir las pulsiones aparentemente infantiles que hay en el turismo de guerra. Cuando yo era niño no era raro que los Reyes te echaran un fuerte bien surtido. Con sus confederados, sus vaqueros, sus comanches y sus caballos. Así podíamos jugar a la conquista del Oeste. Los duelos podían ser a otra escala si lo que te traían los Reyes eran pistolas, cartucheras y sombrero. Me he acordado de todo esto viendo a esos adultos disfrutando mientras juegan a matarse. Se nota que les encanta uniformarse para jugar muy disciplinadamente con armas y banderas. Tengo para mi que, junto con la testosterona, son desde el Neolítico los tres elementos sustanciales de la guerra. Así que no comparto la sorpresa de Kikol Grau ante el hecho de que la masculinidad sea lo dominante en las guerras (en las reales y en estas con las que se juega). Creo que piensa hacer una segunda parte de este documental y, para compensar, busca incluir también personajes femeninos. No se lo recomiendo. En las guerras puede haber alguna Agustina de Aragón, pero precisamente es la excepción lo que confirma la regla. Y es que, como el coñac Soberano o el fútbol, la guerra es cosa de hombres. De hecho, LaLiga es la Liga y a nadie se le ocurriría llamarla Liga M. Aunque sería formalmente disonante, pero esta película encajaría bien en un ciclo sobre la guerra. Propongo otros títulos: Sobre la historia natural de la destrucción, La zona de interés, 20 días en Mariúpol o La voz de Hind. Y como antídoto para la banalización del tema sugiero también algunas lecturas. Por ejemplo, La guerra es una estafa de Smedley Butler, Tierra arrasada de Alfredo González-Ruibal y, sobre todo, El silencio de la guerra de Antonio Monegal. Algunos adultos quizá deberían leer más y jugar menos. Sobre todo con la guerra.

viernes, 3 de octubre de 2025

Parecido a un asesinato

de Antonio Hernández. España, 2025. 111.
3 de octubre de 2024. Cines Parqueastur, Corvera. 

Eva se ha ido a vivir con Nazario, un escritor de éxito que tiene una hija adolescente. Su anterior mujer murió de forma muy trágica. Eva también tiene un pasado duro por su relación con un hombre llamado José. Ella no quiere saber nada de él, pero ahora reaparece. 
 
Tres partes sucesivas desde los puntos de vista de los tres protagonistas. Algún crítico ha comparado esa forma de contar con la de Weapons, la reciente película de terror que estaba tan bien planteada. Pero nada que ver. Aquí lo que no es redundante es poco menos que impostado. Nada que reprochar a Eduardo Noriega ni a Blanca Suárez que defienden sus personajes como buenamente pueden, pero por mucho que la tercera parte necesitara un personaje turbio y con cierta fuerza, Claudia Mora está pasada de edad para el papel de esa chica que aún va al instituto. Así que Parecido a un asesinato no tiene ningún parecido con En la ciudad sin límites, aquella película magnífica del mismo director.

Un fantasma en la batalla

de Agustín Díaz Yanes. España, 2025. 105’.
3 de octubre de 2025. Cines Parqueastur, Corvera.

Amaia es una guardia civil andaluza que decide infiltrarse en ETA para ayudar en el fin del terrorismo con la localización de los zulos que la organización tenía en el sur de Francia. Una misión muy arriesgada en aquellos tiempos tan difíciles.
 
Los hechos que inspiran esta película son los mismos de los que relata Arantxa Echevarría en La inflitrada. Allí estaba magnífica Carolina Yuste y aquí también lo está Susana Abaitua. Hay más contención en la película de Díaz Yanes y una mayor atención al contexto de aquellos tiempos. De hecho, el relato de la integración de la protagonista en la banda se ve jalonando por las imágenes reales de momentos terribles, pero también cruciales, para el final de ETA. Quizá sea el personaje del policía el que más se diferencia en las dos películas. En ambas hay bastante distancia entre la protagonista y su contacto, pero en La infiltrada no se plantea la posibilidad de que en la Guardia Civil hubiera estado implicada en cosas tan terribles como las del cuartel de Intxaurrondo. Así que Agustín Diaz Yanes ha hecho un trabajo excelente y muy honesto. Por eso merecería que Un fantasma en la batalla tenga tan buena acogida como la que tuvo La infiltrada. El tema y la calidad de ambas películas bien lo merecen.

jueves, 2 de octubre de 2025

Una batalla tras otra

de Paul Thomas Anderson. EE.UU., 2025. 94’.
2 de octubre de 2025. Cines Parqueastur, Corvera. V.O.S.

La revolución en Estados Unidos comienza en un lugar de la frontera con México. Dieciséis años después, sus protagonistas más importantes no han vencido, pero tampoco han sido detenidos. Las redes de contacto siguen funcionando y se ponen en marcha para salvar a la hija de uno de ellos.
 
Son más de dos horas y media que se pasan en un suspiro. El director de Magnolia, Pozos de ambiciónThe Master o  Licorizze Pizza nos ofrece una historia que comparte con otras recientes (como Civil War, Mickey 17 y Eddington) intenciones críticas hacia el trumpismo y el barrunte de tiempos autobélicos en suelo estadounidense. De hecho, la cosa no parece tan distópica en estos días en que Trump despliega al ejercito en algunas ciudades de su país haciendo que los gringos quizá lleguen a vivir en carne propia ese tipo de hazañas bélicas que solían promover a miles de kilómetros de su casa. Leonardo Di Caprio, Sean Penn y Benicio del Toro están magníficos en unos personajes intensos que, junto con los de Teyana Taylor y Chase Infiniti, conforman una historia vibrante y sin tregua. Las imágenes son poderosas (inolvidables esas carreteras con cambios de rasante extremos) y los guiños  dan mucho que pensar sobre la vecindad entre el supremacismo MAGA y el nazismo genuino (por ejemplo, el del personaje de Sean Penn gaseado e incinerado por los suyos). No sé si la reacción al trumpismo acabará siendo una rebelión organizada al modo de los movimientos revolucionarios vigesímicos, pero tampoco me extrañaría que la estética de los malos (el ejército y sus sabuesos) resulte cautivadora para muchos trumperos que pudieran disfrutar con esta película creyendo que Paul Thomas Anderson comparte intenciones con ellos. Sería una lástima.

martes, 30 de septiembre de 2025

Volver a ti

de Jeanette Nordahl. Dinamarca, 2025. 96.
30 de septiembre de 2025. Casa de la Cultura, Avilés. V.O.S.

Ane y Thomas son un matrimonio roto. Él tiene previsto buscar un piso en el que vivir con otra mujer. Ella le pide que se vaya cuanto antes. Solo les queda explicárselo a sus hijas. Pero cuando todavía no lo han hecho Ane tiene un grave accidente vascular que alterará los planes de ambos. Ella se hace dependiente y él no abandona la casa. 
 
Ayer un ictus cambiaba la vida de Vicente en Maspalomas. Hoy otro ictus cambia la de Ane en esta película. A veces el cine tiene estas coincidencias.  De Jeanette Nordahl habíamos visto Wildland, una película también familiar, pero mucho más truculenta. En Volver a ti retrata muy bien lo que una situación imprevista puede suponer en una pareja que está sufriendo la aspereza del desamor. Los cuidados (dados y recibidos) descolocan a los protagonistas y hacen que todo deba empezar de nuevo. Para ella esta situación parece un inmenso obstáculo que solo podrá sortear con mucha tenacidad y controlando su ira. A él le sitúa en una encrucijada que primero le plantea un deber y luego muchas dudas. Hay elementos que juegan a ser simbólicos. Por ejemplo, esas tres meadas desubicadas. O ese pez que la hija cuida y esas inmersiones tan reparadoras para la madre. Pero Volver a ti es, sobre todo, una historia de afectos y desafectos. Los que crecen o se reducen cuando la vida cambia de repente.

lunes, 29 de septiembre de 2025

Maspalomas

de José Mari Goenaga y Aitor Arregi. España, 2025. 115.
29 de septiembre de 2024. Cines Ocimax, Gijón. V.O.S.

Vicente es un homosexual vasco que a sus setenta y seis años lleva una vida feliz en Maspalomas. Hasta que se ve obligado a volver a San Sebastián al cuidado de su hija, con la que hace tiempo que no tiene relación y ahora lo ingresa en una residencia. Allí tendrá que volver al armario y soportar una forma de vida que no va con él.  
 
El tema es la homosexualidad en la edad tardía, pero también la reclusión  de la ancianidad. El tono es contenido, delicado y a la vez explícito. Y aunque tiene nada que ver con el de El agente topo, viendo esta magnífica película me he acordado de la estupenda historia que Maite Alberdi que también daba mucho que pensar sobre la vida en las residencias postreras. José Ramón Soroiz hace un trabajo soberbio interpretando a ese personaje, contenido y contemplativo, que cambiará su visión de las cosas, pero no tanto como para olvidar las dunas canarias y dejarse domesticar. Maspalomas también trata un tema tan infrecuente como las formas en que se vive (o se oculta) la homosexualidad en la madurez. Y sin plantearlo directamente también da bastante que pensar sobre las diferencias entre la masculina y la femenina. De hecho, lo que siente y hace protagonista de esta película sería muy distinto si en lugar de llamarse Vicente se llamara Vicenta. Por lo demás, es más que notable la capacidad de José Mari Goenaga, Aitor Arregi y Jon Garaño (es decir, el colectivo Moriarti) para hacer películas tan estupendas y tan distintas como Handía, La trinchera infinita, Marco y, por supuesto, Maspalomas.

sábado, 27 de septiembre de 2025

Los domingos

de Alauda Ruiz de Azúa. España, 2025. 115’.
27 de septiembre de 2025. Teatro Victoria Eugenia, 73º Festival de San Sebastián. (Concha de Oro)

Ainara está terminando sus estudios en un colegio religioso de Bilbao. El próximo curso debería ir a la universidad, pero ella ha sentido la llamada de la fe y está pensando en meterse monja. Para ello debe empezar un proceso de discernimiento vocacional y le pide a su padre que la deje pasar unas semanas en un convento. Él no tiene claro que deba impedírselo, pero a su tía se la llevan los demonios. 
 
Al final de mi reseña de Cinco lobitos decía que, con aquel guion excelente y aquella realización primorosa, Alauda Ruiz de Azúa se unía a la creciente lista de directoras españolas que podrían ganar con todo merecimiento cualquier festival. Ella lo ha hecho con esta película que vemos en esta sesión final en que se proyecta la ganadora de la Concha de Oro. Los domingos trata un tema que resulta extraño en estos tiempos en que en muchos católicos españoles, más que la fe y la moral, domina la impostura (solo hay que ver la forma en que las derechas aplauden aquí el belicismo sionista, repudian cualquier atisbo de compasión hacia los inmigrantes y no parece sonarles de nada aquella parábola sobre un camello y el ojo de una aguja). En este sentido, Alauda Ruiz de Azúa tiene el acierto de ubicar esta historia en una familia vasca y conseguir algo tan difícil como mantenerse en el fiel de la balanza entre las razones de la tía y los motivos del padre. Sin duda, con esta película conseguirá que a la salida del cine haya debate, surjan argumentos y aparezca más de un interrogante sobre el catolicismo y la fe. Incluso también puede salir la cuestión de la responsabilidad y los límites de la tutela y la educación, porque también de esto trata esta estupenda película. Por otra parte, tanto en Cinco lobitos como aquí, Alauda Ruiz de Azúa demuestra un virtuosismo poco común en la manera de abordar las relaciones familiares con un naturalismo y un tino sorprendentes en los diálogos. Reconozco que, en estos tiempos en que en muchos conventos españoles quizá haya más monjas procedentes de países que miran al Pacífico o al Índico que al Cantábrico o al Mediterráneo, el tema de esta película me resulta inesperado. Como lo sería otra película sobre una joven de la misma edad de Ainara a la que su padre no le dejara ir a la universidad porque se empeña en que antes pase tres años de discernimiento vocacional en los cuarteles, como hicieron con él y con su abuelo. Creo que esa otra película podría ser también muy interesante. Y aunque pareciera poco verosímil, estaría basada en hechos reales. Por lo demás, ha sido estupendo lo que hemos visto en estos dos días en el festival. Ningún reproche a esta Concha de Oro y al Premio Especial del Jurado para las Historias del buen valle de José Luis Guerín. Y, por una vez, plena sintonía con el Premio del Público que le ha dado la mayor puntuación de la historia del Zinemaldía a La voz de Hind. Tan solo lamento que apenas hayan sido premiadas las películas argentinas. Espero que, ya sea en la Seminci o en el festival de Gijón, podamos ver  este otoño las que se han proyectado aquí. Y es que, en estos tiempos mileicos, todo reconocimiento a la calidad del aquel cine es también un apoyo a los creadores argentinos que están siendo tan injustamente maltratados en estos tiempos difíciles.

La misteriosa mirada del flamenco

de Diego Céspedes. Chile, 2025. 110’.
27 de septiembre de 2025. Kursaal, 73º Festival de San Sebastián (Premio del Jurado Joven).

En tiempos del sida, en un lugar remoto del norte minero de Chile, una niña llamada Lidia es cuidada con mucho amor por un travesti que decidió adoptarla como una madre cuando la pequeña apareció por allí. Él se llamaba Flamenco y era el ser más hermoso y querido en aquella tierna comunidad a la que apenas llegaban los reproches por sentir que se había nacido en un cuerpo equivocado.  
 
El premio del jurado joven de este festival es una idea estupenda que confía en el tino de más de 140 jóvenes valorando películas de nuevos directores o de la sección Horizontes Latinos. Aquí su criterio ha coincidido con el del festival de Cannes que consideró a esta película como la mejor de la sección Un certain regard. La misteriosa mirada del flamenco demuestra que Diego Céspedes quiere mucho a sus personajes y consigue crear atmósferas coloridas, espesas y subyugantes. Y también sabe poner la cámara (magnífica la perspectiva de la penúltima escena en el coche), contar bien las historias y cerrarlas evitando esa querencia centrípeta que yo reprochaba del final de La buena suerte. Así que ha sido un gusto regresar a ese norte chileno (quizá Antofagasta, Iquique, Atacama o Arica) y será interesante ver los futuros trabajos de este joven director.

La voz de Hind

de Kaouther Ben Hania. Túnez, 2025. 89’.
27 de septiembre de 2025. Kursaal, 73º Festival de San Sebastián (Premio del Público). V.O.S.

En la tarde del 29 de enero de este año en el centro de emergencias de la Media Luna Roja se recibe una llamada desde Alemania. Quien llama es un palestino que pregunta por su hermano y su familia. Al parecer su coche ha sido tiroteado desde unos tanques israelíes en Gaza. Ellos consiguen hablar con una niña que sigue viva en ese coche. Es Hind Rajad, tiene seis años y toda su familia está muerta a su lado. Durante varias horas los voluntarios siguen hablando con ella por teléfono. E intentando que les den permiso para que una ambulancia que está a solo ocho minutos de distancia pueda ir a rescatarla. Pasan las horas, llega la noche y el ejército israelí finalmente les da vía libre. Pero cuando la ambulancia está llegando también es tiroteada y los rescatadores mueren. Como la voz de Hind que se apaga para siempre.
 
Recuerdo aquellos días de enero. Ya son más de 65.000 los palestinos asesinados y de ellos más de 20.000 eran niños, pero lo que pasó con esa niña me pareció entonces una de esas monstruosidades que confirman que el canalla que ha hablado esta semana en la ONU no es un judío, sino Hitler redivivo. No solo él encarna ahora el mal absoluto. También esos millones de israelíes que votaron al Likud (y a esas otras derivas ¿aún? más infernales) y que siguen apoyando lo que está haciendo su ejército en Palestina. También esas decenas de miles de israelíes que han entrado armados en Gaza y no se han suicidado. Todos ellos deberían escuchar una y otra vez la voz de Hind. Y las de esas mujeres que por teléfono intentaban acariciarla con palabras. Porque todo esto es también una cuestión de género. Las voces que cuidan y protegen son femeninas. Y son siempre masculinas las que discuten, protocolizan, se disculpan o justifican, pero deciden y finalmente matan. Kaouther Ben Hania ha tenido el acierto de respetar la necesaria linealidad de la historia, de identificar con claridad cuándo las voces son las de las grabaciones reales (las de la niña siempre lo son) y cuándo no son de los actores sino de los voluntarios reales de la Media Luna Roja que hablaron con ella durante aquellas horas terribles. Y tiene también el mérito de renunciar a cualquier innovación formal. En El hombre que vendió su piel y, sobre todo, en Las cuatro hijas había demostrado su notable originalidad, pero aquí ha preferido renunciar a cualquier ejercicio de estilo en favor de la verdad cruda de los hechos.  Después del Gran Premio del Jurado en Venecia, La voz de Hind ha recibido en San Sebastián el Premio del Público con la puntuación más alta de la historia del festival. Un premio dentro y fuera de las salas, porque durante estos días las calles de Donostia han clamado contra el genocidio. Tengo muchas ganas de que esta película se estrene. Ojalá que también fueran a verla nuestras derechas más o menos extremas. Quizá así podrían entender lo que pasó esta tarde en el Kursaal. Nadie aplaudía. La voz que habíamos escuchado era realmente la de Hind y el impresionante silencio que acompañó la película se mantuvo mientras pasaban los títulos de crédito. Solo se oían algunos llantos y pañuelos. Y solo cuando los créditos estaban terminando se empezó a aplaudir. Era un aplauso que sonaba a dolor quebrado, a respeto infinito y a indignación imponente. Ojalá se escuchara en toda Palestina. Desde el río hasta el mar. Pero sobre todo ojalá se escuchara también en Tel Aviv. Allí quizá haya seres humanos avergonzados por lo que está haciendo su país.

Vida privada

de Rebecca Zlotowski. Francia, 2025. 105’.
27 de septiembre de 2025. Teatro Principal, 73º Festival de San Sebastián (sección Perlak). V.O.S.

El paciente de una psicoanalista le dice que no volverá a su consulta porque ha conseguido dejar de fumar en una única sesión de hipnosis. Luego la llama la hija de otra paciente para comunicarle que su madre ha muerto. El viudo la culpa del suicidio, así que será un momento de crisis en el que indagará sobre la posibilidad de que su paciente haya sido asesinada y en las sesiones de terapia ella no hubiera estado suficientemente atenta a algunos detalles.
 
Jodie Foster protagoniza esta película que, no por ello, deja de ser muy francesa. De hecho, la acompañan Daniel Auteuil y Mathieu Amalric, a los que siempre da gusto ver. Por lo demás, la historia intenta ser de suspense, más psiquiátrico que psicológico, con momentáneos coqueteos con lo paranormal y con las vidas pasadas. De todas formas, la película nunca deja de ser muy francesa.

El amor que permanece

de Hlynur Pálmason. Islanda, 2025. 109’.
27 de septiembre de 2025. Kursaal, 73º Festival de San Sebastián (sección Perlak). V.O.S.

Él es un marinero que trabaja en un gran barco pesquero. Ella es una artista plástica que indaga sobre la forma en que el óxido y el tiempo dejan huella en sus lienzos. Tienen tres hijos y un perro. Y acaban de separarse.

El director de Un blanco, blanco día y Godland mantiene su tono intimista y su adoración por los paisajes islandeses en esta nueva película sobre la cotidianidad familiar de una pareja que se quiebra. La historia es aparentemente sencilla y está llena de pequeñas ironías, pero también trufada de imágenes surrealistas con las que Pálmason parece experimentar con la posibilidad de un realismo mágico radicalmente septentrional. Nada extraño en un director capaz de hacer de un plano fijo una poderosa metáfora. Por ejemplo, esa imagen preambular de un galpón que inesperadamente se abre a la intemperie. 

viernes, 26 de septiembre de 2025

Frankenstein

de Guillermo del Toro. EE.UU., 2025. 149’.
26 de septiembre de 2025. Teatro Victoria Eugenia, 73º Festival de San Sebastián (película sorpresa). V.O.S.

De camino al Polo Norte un barco rescata a un hombre asediado por un monstruo. Aquel es Víctor y este es Frankenstein. Uno tras otro, le contarán al capitán su historia. La del creador y la criatura.
 
No nos gusta elegir la película sorpresa cuando venimos al festival de San Sebastián, pero en este caso sabíamos que habría un gran actor vasco (Jacob Elordi) y que la película sería grandiosa. Como apenas se proyectará en cines (los de Netflix ya hicieron la misma tropelía con El Irlandés y Roma) decidimos ver aquí la última de Guillermo del Toro. Y acertamos porque sus imágenes merecen ser vistas en lugares tan imponentes como el Teatro Victoria Eugenia. El preámbulo polar enmarca magníficamente esta historia que se cuenta desde los dos puntos de vista. Ya solo por la escenografía, la fotografía y la imaginería de personajes y lugares creados por Guillermo del Toro, Frankenstein resulta una experiencia que se debe ver en pantalla grande. Pero las referencias a Prometeo, al catolicismo o al Paraíso perdido de Milton o las reflexiones sobre la pesadilla de la inmortalidad (que tanto anhelan los más impresentables de nuestro mundo) hacen que esta película sea bastante más que un producto satisfactorio para el público palomitero. Así que la proyección sorpresa no lo ha sido para nosotros, pero la hemos disfrutado mucho.

Historias del buen valle

de José Luis Guerín. España, 2025. 122’.
26 de septiembre de 2025. Cines Principe, 73º Festival de San Sebastián (Sección Oficial -Premio especial del jurado).

Las vías del tren, las autopistas y un río hacen que parezca insular el barrio de Vallbona. Un lugar en el que levantaron sus casas, sus huertos y su comunidad quienes llegaron a Barcelona en los años sesenta y también los que, desde otros países, vinieron después. Los vemos hablando, cantando, bañándose y disfrutando. Y también añorando lo perdido y lo que, a partir de ahora, quizá podrían perder.   
 
Llegamos a tiempo a San Sebastián para ver esta nueva joya de José Luis Guerín que dialoga magníficamente con el resto de su obra. Hace casi veinticinco años, En construcción inauguró el hiperrealismo poético sobre la centralidad urbana y ensanchó los límites del documental español. Con Historias del buen valle Guerín explora en la periferia de Barcelona un paraíso intemporal habitado gentes que han sedimentado sus memorias en un no-lugar que, visto desde la velocidad de la autovía o el tren, podría parecer desangelado. La cámara de Guerín se detiene y nos muestra la belleza con que la naturaleza (también la humana) consigue renacer en cualquier territorio. En esa ínsula barata, el ruido de los trenes y los coches se atenúa con al fluir de ese río y esas vidas. El cine de Guerín es siempre cadencia y escucha. Por ejemplo, en esos bellos planos preambulares en blanco y negro, puntuados por improvisaciones jazzísticas, que parecen dialogar con los de Tren de sombras. O en esas hermosas transparencias y reflejos que, como en La academia de las musas,  nos hacen ver desde fuera y oír desde dentro lo que se dice en cada piso. O en la fertilidad de los huertos multiculturales, en las deliciosas conversaciones de los hombres maduros y las mujeres jóvenes. O en esas fiestas rumberas en las que se bebe, se canta y se vive. O también en los chapuzones, deliciosamente clandestinos, en ese río de la vida con el que Guerín parece medirse con Heráclito. Vallbona está cerca de Torre Baró, así que, aunque sean películas muy distintas, hay conexiones secretas e imprevistas entre El 47 y estas Historias del buen valle. Como las que hay también entre el bonito nombre de esta película y lo que ayer casualmente descubrí (o imaginé) sobre el nombre de un hermoso pueblo de otro valle olvidado. Me refiero a Valdelamatanza (no lejos de Hervás y su judería) y a la posibilidad de que su nombre tenga que ver con un pasaje del Antiguo Testamento (el Libro de Jeremías, 7) que parece escrito para repudiar las matanzas actuales. Los infiernos en la Tierra que, impotentes, ahora contemplamos son la antítesis de esa isla de los bienaventurados que Guerín nos invita a conocer al lado mismo de Barcelona. Buena falta nos hacen esos otros mundos posibles que siguen existiendo en ciertos valles.

martes, 23 de septiembre de 2025

Un "like" para Bob Trevino

de Tracie Laymon. EE.UU., 2024. 102.
23 de septiembre de 2025. Casa de la Cultura, Avilés. V.O.S.

Lily es una joven buena y amable a la que todo le ha ido mal. Especialmente ahora que su padre no quiere saber nada de ella. Él se llama Bob Trevino y, buscando gente con ese nombre, Lily le da "me gusta" en Facebook a uno que resulta ser un hombre bondadoso y empático que tampoco tiene muchas relaciones. Así va creciendo una amistad que será reparadora para los dos. 
 
Un canto a la bondad. Eso es esta bonita historia que obtuvo el premio del público en la Seminci sin que ello signifique que la película sea dulzona o esté hecha con resortes lacrimógenos. Los personajes de esa chica joven y ese hombre maduro están magníficamente interpretados por Barbie Ferreira y John Leguizamo que logran convencernos de que es posible y deseable sintonizar con la bondad. En estos tiempos oscuros en los que el sentimiento dominante en Estados Unidos parece ser el odio, resulta necesario recordar que también hay quienes se identifican con estos personajes y no con esos chulos que ahora se jactan de su inmenso poder. Bienvenidos sean pues Lily y Bob Trevino. Ojalá cundiera su ejemplo. Allí y aquí.

lunes, 22 de septiembre de 2025

Las delicias del jardín

de Fernando Colomo. España, 2025. 94’.
22 de septiembre de 2025. Cines Parqueastur, Corvera.

Fermín es un pintor maduro que tenía éxito en el figurativo y se ha pasado al abstracto, pero le va bastante peor. Su exmujer es galerista y le anima a participar en un concurso para reinterpretar El jardín de las delicias desde el arte actual. Su hijo Pablo acaba de venir de la India sin haber superado un fracaso amoroso. Así que le ayudará con ese tríptico que Fermín está a punto de pintar en el garaje donde vive. 
 
Fernando y Pablo Colomo interpretan estupendamente a esos dos tipos que sobreviven como pueden sin tener claro si se llevan muy bien o bastante mal. Los demás personajes están garantizados porque a este padre y este hijo (reales y ficticios) los acompañan, entre otros, Carmen Machi, Luis Bermejo, Antonio Resines, María Hervás y hasta hay un cameo de Antonio López. Así que el resultado es una película deliciosa que se toma a broma el artisteo, las crisis de la masculinidad y la relaciones paterno-filiales. Para entendernos, si entre Nueva York y Buenos Aires se buscara un escenario intermedio en el que ubicar una comedia a medio camino entre las de Woody Allen y las del tandem Cohn/Duprat nos saldría, sin duda, este garaje madrileño de Fernando Colomo.

sábado, 20 de septiembre de 2025

Mi amiga Eva

de Cesc Gay. España, 2025. 100’.
20 de septiembre de 2025. Cines Embajadores-Foncalada, Oviedo.

En un viaje de trabajo a Roma, Eva coincide con un guionista argentino muy amable. Son encuentros breves, pero a la vuelta a Barcelona se da cuenta de que quiere cambiar. Está a punto de cumplir cincuenta años, tiene dos hijos adolescentes y un marido perfecto, pero necesita volver a enamorarse. Así que decide separarse y probar.   
 
Saltar sin red. De eso va esta película en la que Nora Navas está magnífica interpretando a esta mujer dubitativa que se atreve a intentarlo. Junto a ella también están soberbios Juan Diego Botto, Diego de la Serna y todos los demás. El título es perfecto, porque esta Eva, que tiene la valentía de buscar otro paraíso sin saber todavía qué manzana morder, es como una amiga que Cesc Gay nos presentara sabiendo que nos va a encantar. Bueno, lo hacen él y Eduard Sola, porque el guionista de la magnífica Casa en llamas también ha colaborado aquí. Mi amiga Eva es una delicia que podría recordar al mejor Woody Allen.  Es urbanita, amigable, matizada y bondadosamente irónica. Me encanta el personaje que interpreta Nora Navas y me encantan sus amigos, por ejemplo, los que encarnan Francesco Carril o Fernanda Orazi. Por eso se la recomiendo a los amigos.

jueves, 18 de septiembre de 2025

Eddington

de Ari Aster. EE.UU., 2025. 145’.
18 de septiembre de 2025. Cines Parqueastur, Corvera. V.O.S.

En 2020, el año de las mascarillas, hay mucha tensión en un pueblo de Nuevo México. El sheriff de Eddington se niega a llevarlas y decide presentarse a las elecciones para la alcaldía. Su complicada familia y los alborotos del lugar harán que acabe aún más desquiciado. 
 
Parafraseando el título del libro de Marvin Harris, esta película también se podría titular La incultura norteamericana contemporánea. De hecho, es un crisol de temas, actitudes y comportamientos que muestran el pozo moral en que ha caído Estados Unidos. Hay bastantes armas, algunos drones, móviles con mensajes iracundos, manifestaciones en la onda Black Lives Matter y algunos supremacistas trumperos. También hay una empresa que quiere instalar una central de datos hidrófaga cerca de un lugar sagrado para los indios. Es la América profunda sacándolo todo a la superficie. Ari Aster no es José Luis Cuerda, pero Eddington podría tener algo que ver con Amanece que no es poco o con Total. Lo que se ve interesa y entretiene, pero uno no acaba de tener claro si la película pretende ser crítica, equidistante o simplemente cínica.