martes, 10 de noviembre de 2015

Agua con sal

de Pedro Pérez-Rosado. España, 2005. 94.
10 de noviembre de 2015. Casa de la Cultura, Avilés.

Olga ha venido a España con una beca de estudios, pero trabaja de camarera en un bar, cuida a una señora enferma y lija muebles en una fábrica. Todo sin papeles. En la fábrica de muebles también trabaja Mari Jo, una joven valenciana que por las noches se prostituye y que tiene a su hermana en la cárcel por haber matado al padre. Al final Olga decide volver a Cuba y Mari Jo se queda embarazada.

Periferias valencianas para múltiples dramas femeninos (los de Olga y Mari Jo no son los únicos). Todo es muy terrible. Al parecer, por ser mujeres. También lo es para el numeroso público femenino y maduro que asiste a este ciclo y que cualquier otro mes podría ver aquí películas infinitamente mejores. Es lo que pasa por programar tan mal cine de género.