9 de noviembre de 2015. Cines Parque Principado, Lugones.
Elecciones presidenciales de 2004. George W. Bush puede volver a ser presidente. Pero un reportaje de la CBS sobre la manera en que se libró de ir a Vietnam podría poner en peligro la reelección. Al final el que mintió sobre Irak siguió siendo presidente y los periodistas que buscaron la verdad sobre su pasado fueron despedidos.
Cate Blanchett hace de Mary Mapes, la periodista que desveló las torturas y abusos en Abu Ghraib, y Robert Redford de Dan Rather, el prestigioso presentador de televisión que trabajaba con ella. Tras ver lo magníficos que pueden ser los dos en películas recientes como Blue Jasmine de Woody Allen y Cuando todo está perdido de J. C. Chandor, la oportunidad de verlos juntos aquí ya hace recomendable La verdad. Pero es que, además, la historia (basada en el libro de la propia Mary Mapes) es un interesante repaso al trabajo de los periodistas de investigación y a los giros que puede tener la construcción (y la destrucción) de la verdad al servicio de los poderosos. La película de James Varderbilt es un homenaje al periodismo más noble, ese que sirve al bien común aunque, como en este caso, el empeño le cueste la carrera a algunos buenos profesionales. Mientras la veía pensaba que aquí las cosas son a veces muy distintas. Aquí algunos periodistas no dudaron hace diez años en utilizar el ácido bórico para intoxicar la verdad con tal de defender al amigo de Bush y cuestionar a Zapatero. Los periodistas de esta película quedaron fuera de juego por defender la verdad. Los impresentables de aquí siguen jugando a otra cosa.