19 de noviembre de 2015. Cines Los Prados, Oviedo.
June regresa de muy lejos e intenta recuperar su relación con Diego. Él es un escritor depresivo que lleva mucho tiempo sin salir de casa. Berlín es el título de uno de sus cuentos. Y el lugar en el que los dos podrían ser felices.
Sé de un lugar. Igual que el Berlín de June y Diego, aquella vieja canción de Triana venía a ser la tierra prometida para aquella otra pareja en la que ella también regresaba para rescatar de su encierro a aquel amante depresivo que tampoco salía nunca de casa en la magnífica obra de Ivan Morales que vimos el año pasado en La Cuarta Pared (y hace unos meses en el off del Niemeyer). Esta historia sencilla de amor dolorido, muy bien escrita y dirigida por Lara Izaguirre, me ha recordado a aquella otra historia tan cautivadora que también elogié en mi blog de teatro. El formato 4:3, los diálogos naturalistas, lo que no se nos cuenta pero intuimos y las excelentes interpretaciones de Irene Escolar (magnífica siempre en el teatro y estupenda en esta película que termina con un plano prolongado de su rostro que es todo un recital de emociones), de Tamar Novas y de Ramón Barea (cuánto me gusta este actor), hacen de Un otoño en Berlín una ópera prima más que interesante de una directora que tiene cosas que contar y sabe cómo hacerlo.