20 de noviembre de 2013. Teatro Jovellanos, 51º Festival de Cine de Gijón (sección oficial).
Claudia tiene una vida triste. Vive en un cuarto destartalado y trabaja promocionando productos en un supermercado. Una apendicitis la hace coincidir en el hospital con Martha, una mujer con sida y muchos hijos. Las dos salen el mismo día del hospital y Martha invita a Claudia a su casa. Primero a comer, luego a ir compartiendo la vida con esta familia entrañable.
La felicidad está en los cuidados cotidianos. Eso siente Claudia cuando entra en ese mundo familiar lleno de vida. Cuidar de Martha e integrarse en esa familia (como una hermana más o como una madre que la sustituirá cuando falte) le hace sentir que su vida tiene sentido, que puede salir del naufragio. Es una historia sencilla y parsimoniosa pero que consigue lo que nos dijo su joven directora en la presentación: transmitir sentimientos. La coincidencia en el nombre no debe ser la única clave autobiográfica de esta historia modesta que fue premiada en el festival de Toronto y que habla de lo que ganan los seres humanos cuando aprenden a cuidar de los demás.