23 de noviembre de 2013. Cines Centro, 51º Festival de Cine de Gijón (sección: Hong Sang-soo). V.O.S.
Sunhi se ha graduado en dirección de cine y quiere ir a Estados Unidos para estudiar un postgrado. Por eso le pide una carta de recomendación a un profesor de su universidad. Esa visita le deparará encuentros con un antiguo novio, con ese profesor y también con otro, al que ambos le cuentan sus conversaciones con ella y que acabará interesado por Sunhi.
Esta es la última película que ha hecho Sang-soo, la que cerrará el festival en la gala de clausura. Es una lástima que el director coreano finalmente no haya podido venir a Gijón. Habría estado bien escucharle hablar de su cine. Y del cine. He visto Our Sunhi en el pase de prensa de la mañana y me ha gustado. Me ha devuelto las sensaciones de En otro país. Allí había tres historias sucesivas que eran realmente tres guiones posibles con los mismos personajes. Aquí hay tres personajes masculinos que comparten parte de un guión basado en la descripción que de Sunhi podría hacerse en esa carta de recomendación. Hay reflexión sobre el cine, sobre la diferencia entre hacerlo y enseñarlo. Hay también muchas mesas con conversaciones bi o trilaterales. Hay encuentros en bancos y paseos por parques. Hay reiteraciones, azares y no poca ironía. Hay botellas verdes de Soju que parecen competir con las de cerveza para saciar a unos personajes que viven cuando beben. Hay diálogos largos con planos fijos solo corregidos por leves acercamientos o barridos. Hay encuadres aparentemente casuales pero bastante cuidados. En las posiciones de los personajes. En lo que pasa entre ellos. Y en la vida cotidiana que casi siempre se ve más allá. Es un cine perfectamente identificable que gana cuando coloca al personaje femenino en un papel central. Eso me recuerda a Rohmer. Y eso me gusta.