lunes, 19 de julio de 2021

Las cosas que decimos, las cosas que hacemos

de Emmanuel Mouret. Francia, 2020. 122.
19 de julio de 2021. Cines Los Prados, Oviedo.

Daphné acompaña durante unos días a Maxime, el primo de su pareja. Los dos se cuentan historias sobre su pasado sentimental y así va apareciendo entre ellos una inesperada complicidad.

Los relatos entreverados son una buena idea pero el pulso de las historias pretéritas no es tan intenso y la sintonía sentimental en el presente no es muy verosímil. Hay voluntad de hacer retratos sentimentales actuales con perspectivas tangenciales. También hay evocaciones intercaladas con juegos de engaños y cierta ironía. Algunos han visto la influencia de Rohmer en lo primero y yo encuentro algo de Woody Allen en lo segundo. Sin embargo, Emmanuel Mouret se queda a mucha distancia de los dos.

viernes, 16 de julio de 2021

Nisé, un viaje en la Nao d'Amores

de María Royo. España, 2021. 45’.
16 de julio de 2021. Teatro Jovellanos. Gijón.

La Nao d'Amores cumple veinte años. Y este documental lo celebra mostrándonos cómo trabajan. Desde el trabajo con las dramaturgias, las músicas y la experimentación interpretativa en su refugio segoviano hasta la puesta a punto para el estreno en una iglesia románica o en La Abadía madrileña. 

Un documental para entender cómo entienden el teatro y cómo trabajan Ana Zamora y sus gentes. Les vemos preparando antes de los tiempos pandémicos la obra que veremos mañana: Nise, la tragedia de Inés de Castro. El documental que hizo Alex Peña sobre Incendios y este trabajo de María Royo sobre la forma en que trabaja una compañía tan singular y meritoria como Nao d'Amores, muestran lo mucho que puede aportar el cine al conocimiento y la difusión del teatro. Tras la proyección tuvimos ocasión de escuchar a la propia Ana Zamora hablando de la obra, de su trabajo y de su pasión por el teatro clásico. Un gustazo que seguramente preludia el de mañana.

martes, 13 de julio de 2021

Queridos camaradas

de Andrei Konchalovsky. Rusia, 2020. 120.
13 de julio de 2021. Cines Los Prados, Oviedo. V.O.S.

En 1962 Lyudmila tiene un cargo relevante en el partido comunista de Novocherkask. Son días difíciles en la ciudad con subidas insoportables de precios y escasez de productos básicos. Los trabajadores de una gran fábrica local se declaran en huelga y eso es algo inconcebible para el estado soviético. Lyudmila es partidaria de no tolerarlo, pero su forma de ver las cosas irá cambiando cuando vea la masacre que el KGB provoca una mañana entre los manifestantes y el empeño que Moscú pone en cerrar la ciudad e impedir que nadie hable de lo que ha pasado. El drama de esta mujer es aún mayor porque entre los muertos que se han enterrado clandestinamente podría estar su hija, una joven que participaba en las movilizaciones y con la que tenía fuertes desacuerdos políticos.

El director de El cartero de las noches blancas y de esa obra de arte mayor titulada Paraíso nos ofrece otra magnífica película en este retrato que es a la vez un drama familiar y un documento histórico de gran calado político. El personaje de Lyudmila está interpretado magníficamente por Yuliya Vysotskaya, la actriz que también hizo un trabajo extraordinario en Paraíso. Una ambientación impecable, un blanco y negro muy elegante y una relación de aspecto 4:3 que le da un aire aún más clásico a una película con vocación de serlo, hacen que ya solo en lo formal sea una delicia contemplar (en versión original) esta magnífica película. Pero Andrei Konchalovsky nos muestra además el drama de una mujer que quiere seguir creyendo en los ideales que dieron sentido a su vida pero sabe que enfrentarse a ellos es lo que hace tan digna y peligrosa la conducta de su hija. Seguramente los rusos, además de recuperar la memoria de aquellos hechos terribles, encontrarán en la película de Konchalovsky otras claves que quizá pudieran tener que ver con su presente. Por ejemplo, me queda la duda de si la añoranza de la mano firme de Stalin que la protagonista manifiesta no estará también sirviendo de espejo crítico sobre la adhesión que buena parte del pueblo ruso parece sentir ahora hacia su caudillo. No sé si Konchalovsky tendría esa intención, pero si así fuera así le añadiría otra valiosa capa a su magnífica película.