jueves, 30 de diciembre de 2021

El contador de cartas

de Paul Schrader. EE.UU., 2021. 112.
30 de diciembre de 2021. Cines Parqueastur, Corvera. 

William Tell es un extraordinario jugador de cartas. Va de casino en casino ganando siempre, pero no lo hace por hacerse rico o por tener fama sino como forma de redención. Así que cuando conoce a Cirk, el hijo de otro soldado con el que compartió actividades inconfesables en Abu Ghraib, pone todo su empeño en ayudarle para que ni el pasado ni la venganza condicionen su vida. 

Oscar Isaac está estupendo encarnando a este personaje que es a la vez transparente y misterioso. William Tell es un jugador que, sin poder ajustar cuentas con su pasado (como el personaje de El reverendo), ha aprendido a llevar las cuentas de las cartas para ganar todas las partidas. Lo que pasó en Abu Graib queda en fuera de campo. Igual que el desarrollo de esas partidas que William Tell siempre gana. El contador de cartas es una película magnética e inquietante. Magnética por aspectos como la forma en que el protagonista se aísla en las habitaciones de los hoteles (o las protege de su presencia envolviendo el mobiliario con esos paños blancos que recuerdan a Los Amantes de Magritte). E inquietante por la ambiguedad de su relación con el hijo del soldado con el que compartió afanes imperdonables por los que estuvo en la cárcel. Así que Paul Schrader ha dirigido una película parsimoniosa y extraña en la que la expiación por lo que no se muestra da sentido a los afanes de un hombre frío al que parece fácil acompañar.

miércoles, 29 de diciembre de 2021

Tres pisos

de Nanni Moretti. Italia, 2021. 119.
29 de diciembre de 2021. Cines Groucho, Santander.

Cuatro familias en tres pisos de un mismo edificio. Tienen distintas edades, algunas relaciones y muchos miedos. El miedo de la esposa del juez a que su hijo entre en la cárcel por haber atropellado a una mujer.  El miedo del hombre que teme que su vecino desmemoriado le haya hecho algo a su hija cuando se perdieron en el parque. O el miedo del marido ausente a que su mujer pierda la cordura.

Tres pisos, tres personajes principales en cada una de las familias y tres tiempos separados por cinco años. Así nos cuenta Nanni Moretti las cuitas de un vecindario que tiene algunas interacciones y muchas preocupaciones. Al principio, la forma de contar las historias resulta un tanto desmañada. Sin embargo, el interés de todas ellas y la forma en que se van hilvanando hacen que la película de Moretti resulte  muy grata y parezca tan oportuno ese desfile final que tiene algo de homenaje felliniano al tango, esa música y ese baile fascinante que cautiva la atención. Así que ha sido un gusto volver a los queridos Cines Groucho de Santander en este día luminoso en el que hemos podido ver una exposición magnífica en el Centro Botín. Mundo de papel de Thomas Demand.

domingo, 26 de diciembre de 2021

Razzia

de Nabil Ayouch. Marruecos, 2017. 109.
26 de diciembre de 2021. Filmin. V.O.S.

Un maestro que deja su trabajo en las montañas del Atlas. Una mujer de la clase alta de Casablanca que se plantea abortar. Un homosexual que quisiera ser el Freddie Mercury marroquí. Una adolescente de familia bien que está enamorada de una chica que trabaja en su casa. Y un empresario judío al que (casi) todo parece irle bien. Vidas cruzadas en tiempos de revueltas callejeras. Las que protagonizan los grupos islamistas que quieren regresar al pasado y los estudiantes desencantados que reclaman un futuro. 

De Nabil Ayouch había visto dos películas magníficas: Los caballos de Dios, sobre la forja de terroristas suicidas en los barrios pobres de Casablanca, y Much loved, sobre la vida cotidiana de cuatro prostitutas en Marrakech. Razzia viene a ser un crisol de cuestiones palpitantes en el que se trenzan diversas líneas narrativas a la manera que Alejandro González Iñárritu hizo canónica en Babel. En Razzia están las elites marroquíes de Casablanca y los más humildes de las aldeas perdidas del Atlas, mujeres bellas y liberadas y otras cuyos horizontes vitales son muy limitados en entornos tan machistas. Hay homosexuales, judíos, lesbianas, musulmanes, maestros y ateos.  Y se habla árabe, francés, algún dialecto bereber y, obviamente, también inglés. Hay muchos hilos que seguir en una historia que no pretende tener un comienzo ni un final, sino ofrecer un retablo variopinto de la sociedad marroquí. Nabil Ayouch consigue que su compleja película no resulte confusa, ni edificante, ni pretenciosa. Al contrario. Así que uno se queda con muchas ganas de ver Casablanca beats, su última película.

domingo, 19 de diciembre de 2021

El vientre del mar

de Agustí Villaronga. España, 2021. 76.
19 de diciembre de 2021. Centro Niemeyer, Avilés. V.O.S.

La fragata Alliance ha encallado frente a las costas de Senegal. Los oficiales  deciden construir una balsa que será remolcada por algunos botes hasta la costa. Pero los botes se alejan y 147 personas quedan a su suerte en medio del mar. Testimonios en un posible juicio se entreveran con evocaciones de lo que allí sucedió.

Casi en blanco y negro. Con mucha agua pero muy poco mar. Agustí Villaronga sustituye lo opresivo de los horizontes abiertos por unos espacios angostos que podrían ser el vientre de una fábrica o una cárcel. El texto de Alessandro Baricco tiene mucha fuerza y un tono entre poético y teatral. El mismo que ha querido dar Villaronga a una película que es más experimental que comercial. Las imágenes son muy poderosas y hasta cautivadoras en su dramatismo. Tanto las que se ficcionan como las fotografías que a veces se intercalan sobre otras tragedias que, doscientos años después, siguen ocurriendo frente a nuestras costas. Así que el tema de la película es elusivo pero muy intencionado. Y su apuesta formal sugerente y libérrima. Pero también muy arriesgada.

sábado, 18 de diciembre de 2021

Ordet

de Carl Theodor Dreyer. Dinamarca, 1955. 125.
18 de diciembre de 2021. Laboral Cinemateca, Gijón. V.O.S.

Morten es el patriarca de la granja de los Borgen y también un hombre muy religioso que vive con sus tres hijos: Mikkel, Johannes y Anders. Anders quiere casarse con la hija del sastre del pueblo con el que Morten tiene grandes discrepancias sobre ortodoxia religiosa. Johannes se volvió loco tras estudiar a Kierkegaard y deambula por la casa y las dunas cercanas creyéndose Jesucristo. Mikkel está felizmente casado con Inger y esperan su tercer hijo. Sin embargo, el parto se complica y el bebé muere. A las pocas horas también muere Inger. Johannes insiste en que podría resucitarla si alguno de los presentes tuviera fe.

Un clásico existencialista. La familia, la vida, la muerte, la religión y la fé se dan cita en esta historia que tiene la intimidad propia del teatro y en la que la parsimonia y los ademanes son algunas de las claves para que hasta el ritmo resulte cautivador. Aunque no se diera importancia a su contenido metafísico, su brillantez formal es tan notable que casi siete décadas después sigue resultando impresionante la escena final del funeral en ese espacio casi vacío de blancura minimalista. No sería extraño, por tanto, que Pasolini tuviera en mente al Jesucristo de Dreyer cuando planteó esa otra joya de la historia del cine que es su Evangelio según San Mateo. Por lo demás, Ordet aún parece más contenida y mesurada cuando tenemos  tan reciente As in heaven, esa variación sobre el mismo tema dirigida por Tea Lindeburg que el festival de Gijón proyectó hace unas semanas entre las películas más selectas de la última edición de Zinemaldia.

jueves, 16 de diciembre de 2021

Lola

de Laurent Micheli. Bélgica, 2019. 87.
16 de diciembre de 2021. Centro Niemeyer, Avilés. V.O.S.

Lola era antes Lionel y eso su padre no lo acepta. Al parecer su madre sí, pero ahora está muerta y el encuentro entre los dos para llevar sus cenizas a la costa pone de manifiesto todas las tensiones.
 
Mala con avaricia. Previsible, tópica, impostada, maniquea, políticamente correcta y cinematográficamente irrelevante. ¿Por qué se proyectan películas así? Si se considera necesario hacer extensiones del festival LGTB en la programación general del año se debe garantizar que la calidad de la película está a la altura del lugar en que se exhibe.

martes, 14 de diciembre de 2021

Libertad

de Clara Roquet. España, 2021. 104.
14 de diciembre de 2021. Casa de la Cultura, Avilés.

Nora pasa el verano con su familia en la casa de la costa. Está con su madre, su hermana, sus tíos y la abuela con Alzheimer que a veces confunde las cosas. También está Rosana, la asistenta de la abuela, y Libertad su hija adolescente a la que acaba de traer de Colombia. A Nora le fascina Libertad porque tiene mucha más independencia que ella.

De la estirpe de directoras españolas como Neus Ballús, Carla Simón, Mar Coll, Elena Martín o Isabel de Ayguavives. De argentinas como Lucrecia Martel, Ana Katz, Paula Hernández o Milagros Mumenthaler. O de chilenas como Marcela Said o Dominga Sotomayor. Clara Roquet pertenece a ese tipo de cineastas naturalistas que son capaces de poner la cámara en medio de una familia y hacernos sentir que formamos parte de ella. Increíblemente Libertad es su primera película. Una joya que revela una maestría inaudita en el arte de definir los personajes, de hacer que acompañemos la mirada de Nora pero a la vez comprendamos a todos los demás y queramos saber mucho más de cada uno de ellos. El guión es tan perfecto que parece que no hubiera sido escrito. Cada escena tiene el tono y la medida justa para resultar encantadora aunque no estuviera formando parte de una película tan aparentemente grácil y sencilla como compleja y bien trazada. Es verdad que Clara Roquet ha contado con un elenco soberbio. Empezando por una Vicky Peña que está impresionante con esa lúcida duermevela de la conciencia con la que consigue transmitir tanta fuerza y tanta ternura. Una Nora Navas que parece ser realmente su hija y también la madre de esa adolescente buena y dócil que, sin embargo, no quisiera serlo. Y también están estupendas esas jovencitas que no saben lo mucho que la cámara les quiere y quizá por eso lo hacen todo perfecto. Pero para que tantas mujeres (y algunos hombres) hagan las cosas tan bien no solo hace falta que sean intérpretes magníficas. También ha de haber una directora mayúscula. Hoy la hemos descubierto y se llama Clara Roquet.

domingo, 12 de diciembre de 2021

Las cinéphilas

de María Álvarez. Argentina, 2017. 71.
12 de diciembre de 2021. Filmin.

Norma y Estela en Buenos Aires. Paloma y Chelo en Madrid. Leopoldina y Lucía en Montevideo. Son mujeres maduras que frecuentan filmotecas, cinematecas y festivales. La sala Lugones, el cine Doré, la cinemateca uruguaya, o el festival de Mar del Plata, son algunos de los escenarios en los que las vemos practicando su pasión cinéfila.    

Igual que otros son de misa diaria José María Pou suele decir que él ha sido durante muchos años de película diaria. También es el caso de estas cinéfilas jubiladas que pueden entregarse jubilosamente a su pasión sin tener que plantearse si es antes la obligación que la devoción. Las cinéphilas forma parte de esa especie de trilogía sobre la senectud que junto con El tiempo perdido y Las cercanas sigue a una serie de personas de la edad tardía a las que une algún tipo de pasión cultural (literaria en El tiempo perdido, musical en Las cercanas y cinematográfica en Las cinéphilas). En los tres casos María Álvarez se aleja de cualquier mirada engolada, masculinizada o elitista de la cultura. Por eso sus protagonistas son mayormente mujeres (aunque en El tiempo perdido también hay hombres) y encuentra interesante poner su cámara ante jubiladas. Igual que la chilena Maite Alberdi (La Once, El agente topo) parece haber encontrado en la madurez avanzada una edad bastante desinhibida y muy agradecida ante la cámara. De hecho, siempre resulta interesante lo que dicen y lo que hacen estas mujeres culturalmente inquietas que no quieren ni tienen que demostrar nada ante nadie. Si acaso mostrar que su relación con la cultura es añeja, natural y nunca impostada.

jueves, 9 de diciembre de 2021

Benedetta

de Paul Verhoeven. Francia, 2021. 131.
9 de diciembre de 2021. Centro Niemeyer, Avilés. V.O.S.

Benedetta entra de niña en el convento de Pescia. Al hacerse mayor experimenta encuentros con Jesucristo. También los tiene, pero de tipo sexual, con la monja Bartolomea. Así que no distinguirá muy bien los arrebatos místicos de los efectos que le producen los contactos con la otra monja. Son los tiempos de la peste en los que una mujer como Benedetta puede pasar un día por santa y al siguiente por hereje. De hecho, la propia Iglesia la nombra abadesa del convento y luego, por mandato del nuncio, la condena a la hoguera. Finalmente, Benedetta se salva de milagro.

Los excesos en las ensoñaciones de la protagonista y algunos momentos sangrientos me distancian de una película que no acabo de saber muy bien si es un ejercicio ficcional o un intento de rememoración historia. Benedetta me recuerda por momentos a aquellas películas rijosas sobre monjas lesbianas que poblaban las estanterías de los videoclubs de los ochenta. Las más de dos horas de esta historia monástica se ven fácilmente, pero lo que se cuenta (y cómo se cuenta) no me resulta apasionante.

martes, 7 de diciembre de 2021

El amor en su lugar

de Rodrigo Cortés. España, 2021. 103.
7 de diciembre de 2021. Cine Paz, Madrid. V.O.S.

En enero de 1942 casi medio millón de judíos vivían encerrados en el gueto de Varsovia. Aquel invierno aún no habían empezado las deportaciones y todavía se representaba alguna obra de teatro. Y eso es lo que vemos. Una historia de amor con música en el escenario y un drama amoroso entre bambalinas en la noche en que uno de los actores propone a la protagonista huir del gueto tras la función.

Rodrigo Cortés ha dirigido una película compleja que es a la vez un musical, un melodrama romántico, una propuesta escénica, una tragedia humana y un testimonio histórico. Muy atinadamente ha decidido concentrar prácticamente toda la historia en ese teatro judío en el que la atención y el interés son máximos pero nadie se atreve a aplaudir al final de cada función. Como preámbulo de la historia seguimos a la protagonista por las calles del gueto en un plano secuencia largo e impresionante. Rodrigo Cortés nos muestra así el terrible contexto de esta historia y su gran capacidad como director para componer imágenes poderosas con o sin montaje. El título de la película puede parecer extraño y un tanto almibarado pero intenta ser respetuoso y servir de homenaje a la propia pieza teatral que durante cuatro semanas se representó allí aquel invierno. Así que El amor en su lugar es buen cine que homenajea al teatro y al valor de unas gentes que en las circunstancias más terribles no dejaron de imaginar.

La hija

de Manuel Martín Cuenca. España, 2021. 122.
7 de diciembre de 2021. Cine Paz, Madrid.

Javier vive con Adela en una hermosa casa situada en un lugar alejado de la sierra. Allí lleva a Irene, una adolescente que vivía en el centro de menores en el que él trabaja. Irene está embarazada de tres meses y Adela y Javier quieren tener un hijo, así que el plan es claro. Nadie sabrá que Irene pasó con ellos su embarazo ni que la niña que nazca no es de Adela. Sin embargo, las cosas se complican. Sobre todo cuando el novio de Irene sale de la cárcel.

Buenas interpretaciones, paisajes hermosos y una ambientación bastante cuidada. Pero La hija se queda bastante lejos de la exquisitez excéntrica de Caníbal, la estupenda película de Manuel Martín Cuenca que también escondía secretos y terminaba en paisajes serranos. Aquí la trama bordea demasiadas veces lo inverisímil. Sobre todo por el exceso de insensatez de esa pareja madura que parece tan equilibrada. Aunque el tema daría para ello, en La hija no surgen más dilemas éticos que los del vértigo de ver a esta pareja metida en una situación como esa. Por lo demás, el tramo final de la película es áspero y sangriento, así que lo encuentro muy lejano de las sutilezas granadinas que hacían tan interesante a aquel sastre solitario que interpretaba con tanta precisión Antonio de la Torre.

lunes, 6 de diciembre de 2021

La puerta de al lado

de Daniel Brühl. Alemania, 2021. 92.
6 de diciembre de 2021. Cine Paz, Madrid.

Daniel es un actor famoso que deja por la mañana su ático berlinés para ir a Londres a una prueba para una película de superhéroes. Antes de ir al aeropuerto se pasa por un bar en el que repasa el texto. Allí se encuentra con Bruno, un hombre al que no conoce. Sin embargo, él sabe muchas cosas sobre Daniel. Por ejemplo, las infidelidades de su esposa y también las suyas.

Daniel Brühl se estrena como director con esta película casi teatral sobre un actor que vive en un barrio gentrificado. Hay algo de crítica a esto último en el subtexto de esta pieza magníficamente interpretada por él y por Peter Kurth. El guión está muy bien articulado con las idas y vueltas en ese bar que tiene una ambientación perfecta para el desvelamiento de secretos y rencores. El vecino indiscreto habla en algún momento de la Alemania del Este y nos recuerda un poco al espía de La vida de los otros. Igual que aquella excelente película de Florian Henckel von Donnersmarck, La puerta de al lado es una historia muy contenida y agradable. Su desarrollo en tiempo real casi coincide con la deliciosa sesión matinal en este reabierto Cine Paz que tiene una estupenda programación y una ubicación perfecta para nuestras estancias madrileñas.

miércoles, 1 de diciembre de 2021

Lamb

de Valdimar Jóhannsson. Islandia, 2021. 106.
1 de diciembre de 2021. Cines Los Prados, Oviedo.

Una pareja sin hijos viven aislados al cuidado de una granja de ovejas. Su vida es plácida y feliz, pero lo será aún más cuando en el establo se produzca el extraño parto de un ser con cabeza ovina y cuerpo humano. La criatura crecerá con ellos como un hijo verdadero hasta que una inquietante presencia acabe con tanta felicidad.

La belleza de los paisajes descomunales de Islandia sirve de marco a una historia que, como casi todas las que nos llegan desde ese país, resulta muy interesante y muy singular. Los gestos de esta pareja armoniosa tiene mucho de José y María (repárese en la imagen de ella en el cartel). La banda sonora incluye noticiarios de radio, sonidos inquietantes y silencios muy espesos. Y hay también otros detalles etológicos dentro y fuera del establo que van preparando el ambiente para una historia que podría ser tanto sagrada como demoníaca. De hecho, el bebé híbrido podría ser el cordero de Dios pero también un hijo del diablo. Hay bondad de sobra para entender lo primero e inquietud suficiente para temer lo segundo. Así que, Lamb es extraña, desasosegante y parsimoniosa pero también muy interesante. Como suele serlo tantas veces el cine islandés.

martes, 30 de noviembre de 2021

Titane

de Julia Ducournau. Francia, 2021. 116.
30 de noviembre de 2021. Casa de la Cultura, Avilés. V.O.S.

Una chica inquietante mata a sus amantes y fornica con un coche. De niña había sufrido un accidente en otro y tuvieron que ponerle una prótesis de titanio en el cráneo. Tras sus últimos crímenes se hará pasar por el hijo pródigo de un bombero. El niño tenía diez años cuando desapareció, así que su padre recibe a esta impostora silente con un cariño infinito. De hecho, tardará en darse cuenta de que es mujer y está embarazada. Seguramente de aquel coche.

Crudo, la anterior película de Julia Ducournau, ya era exasperante. Pero las querencias caníbales de aquella muchacha resultaban más llevaderas que la forma en que mata la protagonista de esta y la manera en que lleva (y oculta) un embarazo en el que las pérdidas no son de sangre uterina sino de grasa de motor. De hecho, la presencia del siempre bienvenido Vincent Lindon haciendo de bombero amoroso no consigue levantar el interés de una historia bastante absurda y muy desagradable.

lunes, 29 de noviembre de 2021

Spencer

de Pablo Larraín. Reino Unido, 2021. 116.
29 de noviembre de 2021. Cines Parqueastur, Corvera. 

Navidad a comienzos de los noventa en el castillo de Sandringham. Para la familia real inglesa es un rito anual lleno de reglas. Para Diana son tres días insoportables. Solo la complicidad con sus hijos consigue mitigar un poco una situación que la lleva al borde de la locura.

Hay al menos dos Pablos Larraín y los dos son muy buenos. El de Tony Manero, No, El club, Neruda o Ema y el de Jackie y Spencer. El primero se asoma a abismos éticos y asume riesgos estéticos notables (por ejemplo, en Tony Manero, El club o Ema). El segundo es reclamado por la gran industria audiovisual pero no renuncia a un estilo propio (en esto me recuerda al Lanthimos de La favorita). Spencer es una película más concentrada y ensimismada que Jackie pero las dos tienen como protagonistas a mujeres que se hicieron muy famosas y que, de algún modo, resultaron abrasadas por el fulgor del poder. El caso de Diana es de sobra conocido y la película la reivindica a la vez que critica a la familia real inglesa. Algo que, por lo demás, acaba reforzándola ya que cuanto más perversa es la flema anglosajona más consigue subyugar en otros lares. Con una ambientación exquisita, un guión muy cuidado, una estupenda interpretación de Kristen Stewart y la presencia impagable de Timothy Spall, Spencer acaba siendo una película que resulta interesante y se ve con agrado. Tengo muy claro que prefiero al Pablo Larraín  chilenísimo que al que acepta proyectos de mayor tirón comercial, pero películas como esta demuestran que también en ese territorio pueden manejarse con solvencia los buenos cineastas como él.

Palestra

de Juan Pablo Basovih, Sofía Jallinsky. Argentina, 2021. 68’.
29 de noviembre de 2021. Filmin. 59º Festival de Cine de Gijón (sección: tierres en trance).

Tres amigas se encuentran en un piso para depilarse y contarse cosas. Luego vendrá un chico que les tomará fotografías para una exposición. Las historias que se cuentan son muy interesantes. Pero al final habrá tensión cuando cuestionen la mirada del fotógrafo.
 
Una palestra íntima parece este espacio en el que las tres chicas se cuentan historias sorprendentes. Lo mejor es que además las comentan con la naturalidad propia de esos lugares en los que el cuerpo ha de estar inmóvil y la conversación es libre. Está claro que la mirada de un hombre (aunque sea fotógrafo) no pinta mucho allí. Por eso al final el muchacho saldrá bastante malparado. Justo lo contrario de lo que le ha pasado a esta película que ha sido premiada como mejor largometraje en la se(le)cción Tierres en trance de este festival. Para mi Mass y El profesor Buchmann y su clase han sido la mejores películas de las que entraban a concurso y he podido ver. En todo caso, que entre los premios principales solo me haya parecido absurdo el que ha recibido Hygiéne sociale no está nada mal. He visto cosas peores en los premios que se han dado en otras ediciones del festival.

Poulet frites

de Yves Hinant y Jean Libon. Bélgica, 2021. 103’.
29 de noviembre de 2021. Filmin. 59º Festival de Cine de Gijón (sección: retueyos). V.O.S.

Una mujer ha sido asesinada en un apartamento de Bruselas y el inspector Lemoine lo investiga en estrecho contacto con la jueza. Un exnovio de la víctima parece ser el culpable y ha sido detenido. Pero una investigación detallada revelará que no siempre mienten los que dicen que son inocentes.

Una película de policías en blanco y negro. Así contada la historia parece solo eso. Sin embargo, lo que vemos, más que una ficción, parece un documental de esos en los que la cámara no se nota y quienes trabajan en el sitio que se filma hacen lo lo de siempre con total naturalidad. Si me dicen que El profesor Buchmann y su clase es una ficción me resultaría tan increible como si tengo que asumir que esta no es un documental. Quizá por eso resultan tan fascinantes las dos.

Apenas el sol

de Arami Ullón. Paraguay, 2020. 75’.
29 de noviembre de 2021. Filmin. 59º Festival de Cine de Gijón (sección: tierres en trance). V.O.S.

Mateo Sobode Chiqueno graba testimonios de personas mayores que, como él, fueron sacados de la selva donde vivían sin contacto con el mundo de los blancos. Lo hace para que no se pierda la memoria del pueblo Ayoreo. Y también como denuncia de algo que al parecer sigue ocurriendo. 

Salesianos, evangélicos y menonitas han sido los responsables de la expulsión del pueblo Ayoreo de su hábitat secular en la selva. Civilizar a las comunidades indígenas (o pueblos originarios) no fue un afán remoto, sino que ha seguido siendo práctica habitual allí donde los intereses de algunos, por ejemplo los de los ganaderos, pugnan por hacerse con sus territorios. De eso va este documental en el que personas mayores recuerdan lo que les hicieron quienes seguramente consideraban que los rescataban del salvajismo. Muchos piensan que el retorno a aquella vida ya no les sería posible ahora. Pero algunos intentan que no se pierda su memoria y que nadie moleste a los que aún permanecen en la selva. Por eso Sobode Chiqueno (el Mateo se lo puso un misionero) sigue grabando.

domingo, 28 de noviembre de 2021

Rien à foutre

de Julie Lecoustre y Emmanuel Marre. Bélgica, 2021. 110’.
28 de noviembre de 2021. Teatro Jovellanos. 59º Festival de Cine de Gijón (sección: retueyos). V.O.S.

Cassandra es una azafata de una compañia de bajo coste. Vive en Lanzarote y entre vuelo y vuelo se deja llevar por lo que le ofrece la noche. En espera de una oferta mejor vuelve a casa con su padre y su hermana. Su madre había muerto en un accidente de tráfico.
 
En el primer tramo uno tiene la duda de si es peor la alienación laboral que genera la compañía de bajo coste o la actitud con que la acepta esta azafata tan bien interpretada por Adèle Exarchopoulos, la Adèle de La vida de Adèle. Pero el cambio de tono en la segunda parte, más dramática, intimista y familiar, da un nuevo sentido a los motivos por los que Cassandra parecía llevar una vida sin sustancia con base en Lanzarote. De modo que el final en Dubai es un cierre perfecto para una película que es a la vez un drama familiar, un retrato generacional y una denuncia certera de que para la economía actual el factor humano es solo un recurso. Así que no me parece tan inoportuno el premio al mejor largometraje que le han dado a Rien à foutre en la se(le)cción Retueyos como el que ha recibido Hygiène sociale en Albar.

Un cielo impasible

de David Varela. España, 2021. 81’.
28 de noviembre de 2021. Filmin. 59º Festival de Cine de Gijón (sección: tierres en trance).

Imágenes cenitales y actuales de los paisajes en los que tuvo lugar la batalla de Brunete. Se escuchan algunas voces de personas mayores que recuerdan algo de aquello. Y, sobre todo, las de unos adolescentes que están desarrollando un proyecto de recreación histórica sobre lo que sucedió en esos parajes en aquel tiempo.
 
Hay muchas imágenes filmadas desde drones y muchos testimonios leídos (o memorizados) para acercarnos a las vivencias de unos contendientes que lucharon y perdieron la vida en unos lugares en los que hoy se recuerda poco de aquello. Las reflexiones finales de los adolescentes sobre cómo valoran los proyectos relacionados con la memoria histórica y en qué medida la Guerra Civil está presente en sus vidas reaniman un documental que tiene un contenido relevante pero un dispositivo demasiado parsimonioso.

Hygiène sociale

de Denis Côté. Canadá, 2021. 75’.
28 de noviembre de 2021. Filmin. 59º Festival de Cine de Gijón (sección: albar). V.O.S.

Escenas (en realidad planos) de Antonin y cinco mujeres: Solveig,  Eglantine, Cassiopée, Rose y Aurore. Ellas son su hermana, su mujer, su amante, una funcionaria de hacienda y alguna más. También hay a veces un tercer personaje en estos diálogos entre unos seres siempre hieráticos, siempre frontales, siempre separados y siempre en un prado o en el claro de un bosque. Van con ropas de otro tiempo y suele haber una parte borrosa en la pantalla.

 
Antonin y sus mujeres hablan por turnos sin interrumpirse pero nunca están de acuerdo. De hecho, su estampa de figuras a las que no se les ven los pies en la hierba me ha recordado a los contendientes que Goya pintó luchando a garrotazos. Aquellos estaban más cerca y no parecían hablar. Los de esta película están más lejos y solo empuñan palabras, pero su actitud no es muy distinta. El dispositivo es rígido hasta la exasperación y el guión es muy francés. No en el sentido de esas comedias malísimas que llegan a España con el aval de que ya han sido vistas por ocho o nueve millones de franceses, sino en el de ese otro cine suyo, rígido, excéntrico y tedioso, que suele ser muy apreciado en este festival. De hecho, Hygiene sociale se lleva el premio al mejor largometraje en la se(le)cción Albar. En fin.

sábado, 27 de noviembre de 2021

The beta test

de Jim Cummings y PJ Mc Cabe. EE.UU., 2021. 91’.
27 de noviembre de 2021. Cines Ocimax. 59º Festival de Cine de Gijón (sección: esbilla). V.O.S.

Un tipo hiperactivo que tiene una empresa en Hollywood, no se sabe muy bien de qué, recibe una carta en la que se le invita a un encuentro sexual anónimo en un hotel. Él está a pocas semanas de casarse pero acaba acudiendo a una cita que le abrirá numerosos interrogantes. Luego los intentará resolver con bastante histeria y mucha torpeza.

Una nueva red social basada en la curiosidad, el anonimato y la sed sexual (en esa extraña empresa también se habla del hambre audiovisual de los consumidores adolescentes). La reflexión sobre la sociedad algorítmica en la que quizá ya estemos viviendo es seguramente una de las lecturas de esta película. Yo he encontrado otras no menos interesantes relacionadas con dos libres que he leído últimamente. Lo que dice Martín Caparrós sobre la cocaína y el capitalismo actual en su libro Ñamérica (aquí no se ve esa droga, pero la conducta de este tipo y sus colegas me recuerda mucho ese tema) y lo que dice Anna Wiener en su libro Valle inquietante a propósito de las culturas anencefálicas de esos exitosos emprendedores que habitan en las burbujas algorítmicas de la Costa Oeste norteamericana. Sobre todo esto que viene (o quizá ya está aquí) solo se me ocurren dos palabras que en Asturias se suelen pronunciar muy seria y enfáticamente: mete miedo.

Un polvo desafortunado o porno loco

de Radu Jude. Rumanía, 2021. 91’.
27 de noviembre de 2021. Cines Ocimax. 59º Festival de Cine de Gijón (sección: Radu Jude). V.O.S.

La primera escena es un vídeo porno de uso doméstico en el que aparece Katia. Ella es profesora y, lamentablemente para ella, el video ha acabado en Internet. Luego la vemos caminando por las ruidosas y caóticas calles de Budapest haciendo algunas gestiones. Y tras una suerte de sección irónico-publicitaria llegará en el encuentro con los padres en el patio del colegio en que trabaja. Al final habrá tres posibles veredictos sobre si debe seguir en siendo profesora allí.
 
El comienzo es explícito e impactante. Y tras el video sexual, Radu Jude se recrea en los recorridos por Bucarest con movimientos de cámara a lo Hong Sang-soo mostrándonos lo mal que está la ciudad y lo maleducados que son muchos de sus habitantes (sobre todo los machos salvajes automovilizados). Aunque no queda claro a qué viene esa tercera parte de sátira rumana, verla resulta muy estimulante y recuerda formalmente a Tipografic majuscul, la película con el que conocí a este director en la pasada edición de este festival. Por último, el juicio en el patio del colegio es imperdible e impagable. Todo un retrato barroco de la forma en que discuten algunos berracos en Rumanía (y también en Europa) en el que se intercalan argumentos y rebuznos sobre el sexo, la privacidad, la adolescencia, la paternidad, los derechos, los deberes, el negacionismo, las mascarillas y otras muchas cosas. Así que entre el video de la primera parte (que tan ávidamente vuelven a ver algunos padres en la última) y la escena final en el patio del colegio no me extraña que el boca a boca haya hecho que la proyección de esta tarde de sábado haya llenado la sala acogiendo también a un público más palomitero que festivalero. En todo caso, se agradece la ironía, la frescura, el atrevimiento y el experimentalismo de Radu Jude, un director con un estilo muy singular dentro del alto nivel que tiene últimamente el cine rumano.

Bebia, à mon seul désir

de Juja Dobrachkous. Georgia, 2021. 113’.
27 de noviembre de 2021. Cines Ocimax. 59º Festival de Cine de Gijón (sección: retueyos). V.O.S.

Ariadna es una joven modelo que debe volver al pueblo en el que vive su madre para asistir al funeral de su abuela. La relación entre las tres ha sido difícil así que la situación no será cómoda. Ella es la más joven de la familia así que tendrá que cumplir un rito para que el alma de la abuela se una a su cuerpo antes de enterrarlo. Como falleció en un hospital, Ariadna tenderá un hilo desde allí hasta la casa en la que las plañideras  velan el cadáver.

El blanco y negro le sienta muy bien a esta historia y a sus paisajes. Sin embargo, cierta indefinición de los personajes y de lo que los une o y los separa hace un tanto confusa la trama. Tampoco ayudan esos planos cortos, deliberadamente descuidados, en los que a veces no se ve el rostro del que habla.

18 1/2

de Dan Mirvish. EE.UU., 2021. 64’.
27 de noviembre de 2021. Filmin. 59º Festival de Cine de Gijón (sección: albar). V.O.S.

En el tiempo del Watergate una transcriptora de grabaciones de la Casa Blanca accede a unos minutos en los que Nixón hablaba del contenido de otra cinta supuestamente borrada. Tras contactar con un periodista del Times, los dos van a un hotel para escucharla. Pero allí se encontrarán con una pareja madura y extraña con la que acceden a cenar para luego pedírles su magnetófono porque el suyo se había estropeado. Y la cosa se va complicando.

Un thriller entre político y privado con un encuentro intenso e inquietante en un hotel casi desocupado. La ambientación setentera y unos personajes bastante extravagantes hacen bastante entretenido seguir esta película en la que llegaremos a escuchar la grabación de los dieciocho minutos y medio del título con un final inesperado.

Edna

de Eryk Rocha. Brasil, 2021. 64’.
27 de noviembre de 2021. Filmin. 59º Festival de Cine de Gijón (sección: tierres en trance). V.O.S.

Edna es una mujer madura que vive al borde de una carretera en tierras brasileñas que han sufrido mucho. Las imágenes de ella y su paisaje se complementan con confesiones que seguramente proceden de su cuaderno. Edna nos habla de los hijos y de los amigos que han muerto y de cómo es posible seguir adelante con tanto sufrimiento.

Sencilla, poética y con una medida perfecta de los tiempos. El blanco y negro le va muy bien al tono intimista de la voz narrativa de esta mujer que es a la vez rotunda y delicada y a la que solo vemos hablando cuando en el último tramo el documental se colorea. No hay subrayados innecesarios ni ninguna impostura en una película que sería únicamente un homenaje a los ausentes sino no fuera porque en el Brasil de Bolsonaro la barbarie sigue estando bien presente.