martes, 31 de mayo de 2022

Luzzu

de Alex Camilleri. Malta, 2021. 94.
31 de mayo de 2022. Casa de la Cultura, Avilés. V.O.S.

Luzzu es el nombre de la barca que usaron los antepasados de Jesmark para ganarse la vida. Él quiere seguir pescando pero Luzzu necesita una reparación y él no tiene dinero. Su mujer trabaja en un restaurante pero con eso no les llega para pagar los tratamientos que necesita su bebé. Así que Jermark tendrá que buscar medios menos honrados que la pesca. Y al final cobrará la compensación de la Unión Europea por entregar el barco y renunciar a su forma de vida.

La barca es muy bonita pero la historia es muy triste. Jermark se debate entre la coherencia y la necesidad, entre la herencia de sus antepasados y las exigencias del presente. Y finalmente renunciará a lo que daba sentido a su vida para que la de su hijo no sea peor que la suya. Es un drama insular pequeño que simboliza de muchas otras quiebras mayores en estos tiempos difíciles.

jueves, 26 de mayo de 2022

Divino amor

de Gabriel Mascaro. Brasil, 2019. 101.
26 de mayo de 2022. Centro Niemeyer, Avilés. V.O.S.

En un Brasil distópico una burócrata del registro de divorcios hace todo lo posible por impedirlos. Ella es militante del divino amor y está convencida de que Dios le concederá el hijo que anhela si hace todo lo posible por mantener unidos a otros matrimonios. Su marido prepara ramos de flores para funerales y junto a ella participa en todas las actividades recomendadas para favorecer la fertilidad. Al final el embarazo llega pero ella piensa que quizá no sea obra del divino amor entre ellos sino de la libérrima voluntad de Dios.

Gabriel Mascaro da una cadencia a la historia que convierte en hipnóticas escenas que también podrían ser hilarantes. La sutil ambientación, levemente futurista y llena de hallazgos sumamente sugerentes, hace que resulte muy grato ver una película en la que los elementos radicalmente eróticos se combinan de manera sorprendente con una religiosidad obsesiva y agobiante. Sospecho que, en el Brasil de Bolsonaro, Divino amor tiene mucho de denuncia de las derivas que viene sufriendo el país en los últimos años. Una crítica que seguramente será uno de los subtextos de esta extraña película que resulta a la vez seria, irónica, grotesca, elegante, obvia, magnética, patética y sensual. Y todo ello de manera singularmente armoniosa, algo que se puede decir de muy pocas películas. Por eso Divino amor resulta tan fascinante.

miércoles, 25 de mayo de 2022

Ennio. El maestro

de Giuseppe Tornatore. Italia, 2021. 156.
25 de mayo de 2022. Cines Los Prados, Oviedo. V.O.S.

Dario Argento, Bernardo Bertolucci, Marco Bellocchio, Roland Joffé, Barry Levinson, Pat Metheny, Giuliano Montaldo, Bruce Springsteen, Oliver Stone, Quentin Tarantino, los hermanos Taviani, Nicola Piovani, Carlo Verdone y Hans Zimmer. Todos hablan maravillas de Ennio Morricone. Pero lo mejor es verlo a él haciendo comentarios sobre sus músicas y sus películas en este fascinante documental.

Giuseppe Tornatore nos conmovió hasta la lágrima con su Cinema Paradiso. Y ahora vuelve a hacerlo en esta extraordinaria película sobre el codirector de aquella joya. Considero que Ennio Morricone era codirector porque viendo este documental nos damos cuenta no solo de lo obvio (lo mucho que le deben las películas a los compositores de sus músicas) sino también de que, en el caso de Morricone, su trabajo era sustancial y no solo un mero complemento en cada obra. ¿Cabe dudarlo en películas como Novecento, Érase una vez en América, La misión o Sostiene Pereira? Las imágenes de este documental han sido montadas con el cariño y el tesón del mejor orfebre y fueron filmadas mucho antes de los tiempos pandémicos. Así que me puedo imaginar la conmoción que habría supuesto verlo con motivo del Premio Princesa de Asturias si Morricone no hubiera muerto tres meses antes y en octubre de 2020 hubiera podido venir a Oviedo para recogerlo. En todo caso, hoy hemos podido disfrutar lo indecible con esta joya metafílmica que se ha proyectado en versión original y que demuestra, una vez más, que el propio cine (y también el teatro) es un género muy fértil que nos ofrece películas tan extraordinarias como esta.

martes, 24 de mayo de 2022

Compartimento Nº 6

de Juho Kuosmanen. Finlandia, 2021. 107.
24 de mayo de 2022. Casa de la Cultura, Avilés. V.O.S.

Una joven finlandesa iba a viajar con su novia moscovita a Múrmansk, en el círculo polar ártico, para visitar unos famosos petroglifos. Sin embargo, tendrá que hacer ese viaje sola. O, mejor dicho, en compañía de un joven ruso que también va a Múrmansk para trabajar en una gran mina. Los dos van solos en el compartimento número 6. Al principio la relación es difícil, pero ese largo viaje en tren hará que vayan quedando atrás sus soledades.

Estaba en la sección oficial pero no pudimos verla en la última Seminci. Así que hoy he podido confirmar mi intuición de que podría ser una película muy especial. Debo decir que la idea de un viaje hacia el Ártico en tiempos en los que había cabinas pero no móviles y los trenes tenían pasillos estrechos y compartimentos celulares me parecía especialmente inspiradora. No menos de lo que resulta ver esta historia (casi) de amor entre una finlandesa culta y un ruso tosco en estos tiempos en que, para desgracia de todos, Rusia y la OTAN parecen haber resucitado. El magnífico recuerdo de películas como El tren de Jerzy Kawalerowicz me hacía esperar lo mejor de esta historia en la que Ítaca es septentrional, Ulises lesbiana y Penélope no la espera. Seguramente Kavafis y Llach estarían de acuerdo en que, aunque las sitúe en el Ártico, Juho Kuosmanen también sabe muy bien lo que significan las Ítacas.

lunes, 23 de mayo de 2022

Cinco lobitos

de Alauda Ruiz de Azúa. España, 2022. 104.
23 de mayo de 2022. Cines Los Prados, Oviedo.

Amaia acaba de tener una niña y todo se le hace muy difícil al volver a casa. Los primeros días están con ella sus padres pero pronto se queda casi sola con la niña porque el padre trabaja en el teatro y está a menudo fuera de Madrid. Desesperada decide irse con ella a la casa de sus padres en un pueblo de la costa vasca. Allí se encontrará con una nueva situación como hija ya que su madre enferma y las cosas se complican para todos.

Al principio me temo lo peor. Aunque filmada con notable naturalismo, pienso que la cosa va a ir de una madre de treinta y tantos superada por la maternidad. El precedente de la última de Almodóvar en la que para criar a un niño se necesitaban tres mujeres me hacía presagiar un nuevo alegato en favor de las familias solo mascoteras. Pero no. Cuando Amaia se va al País Vasco la historia adquiere un cariz muy distinto y nos pone delante de ese tejido orgánico y delicado que conforman las relaciones intergeneracionales y la variedad de emociones que les dan vida y color. Que el personaje de Amaia esté interpretado por Laia Costa y que los papeles de sus padres estén a cargo nada menos que de Susi Sánchez y Ramón Barea garantizan que estos Cinco lobitos serán impecables y conmovedores. Y es que no podría haber mejor elenco para este guion excelente y esta realización primorosa con la que Alauda Ruiz de Azúa se une a la creciente lista de directoras españolas que podrían ganar con todo merecimiento cualquier festival.

viernes, 20 de mayo de 2022

Glück

de Henrika Kull. Alemania, 2021. 90.
20 de mayo de 2022. Centro Niemeyer, VII Festival de cine LGBTI, Avilés. V.O.S.

Sasha trabaja en un prostíbulo berlinés al que acaba de llegar una chica italiana llamada María. Entre las dos surge pronto una intensa atracción y una gran complicidad. Su relación parece estupenda, pero cuando Sasha lleva a María a su pueblo algo cambia entre ellas.

No hay intenciones edificantes en esta película. El burdel en el que trabajan Sasha y María parece un lugar cuidadoso y amigable. Tampoco hay contraposición entre el sexo heterosexual de pago y la fogosidad de lam relación entre ellas. De hecho, la película se cierra con un regreso al punto de partida y un reencuentro amoroso. Y eso es precisamente lo que hace de Glück sea una película estupenda. Una historia de amor imprevista entre dos mujeres magníficamente interpretadas por Katharina Behrens y Adam Hoya. Las dos actrices lo hacen muy bien pero la primera está soberbia encarnando los tránsitos de Sasha entre la pasión y el recelo. Por suerte, Henrika Kull evita cualquier tentación moralizante y nos despide de estas mujeres con un prometedor retorno a la felicidad que las unió.

jueves, 19 de mayo de 2022

Madalena

de Madiano Marcheti. Brasil, 2021. 85.
19 de mayo de 2022. Centro Niemeyer, VII Festival de cine LGBTI, Avilés. V.O.S.

En un campo de soja en el que picotean ñandúes aparece el cuerpo de una mujer. Nadie se acerca pero hay quien sabe cosas de ella y de su desaparición. Quizá fuera transexual. Como quienes se bañan en un estanque al final de la película.

Poco más puedo decir de esta historia que no entiendo y que tampoco importa mucho que no entienda. Y no hablo solo de mi sino quizá también del director. Y es una lástima porque las imágenes de los ñandúes en medio de esos campos eran muy poderosas y parecían augurar algo bueno. Pero no ha sido así.

miércoles, 18 de mayo de 2022

Feast

de Tim Leyendekker. Holanda, 2021. 84.
18 de mayo de 2022. Centro Niemeyer, VII Festival de cine LGBTI, Avilés. V.O.S.

Repaso fragmentario a un caso bastante extraño. El de unos homosexuales holandeses que drogaron a otros y les inyectaron sangre infectada con VIH.

Una policía saca objetos catalogados de una caja. Tres hombres tienen diálogos extraños con pretensiones filosóficas mientras otros tres, que parecen ellos mismos, los observan y lo van comentando. Un hombre responde a contraluz algunas preguntas sobre aquellos encuentros en que se contagiaba el VIH. Una bióloga habla de virus y tulipanes y luego inyecta a un bulbo con una muestra infectada de otro. Tres policías interrogan a un hombre sobre aquellos contagios. También vemos a unos hombres dormidos en una carretera, en un parque, en un banco, al lado de un coche y en una playa. Todo yuxtapuesto y sin ninguna coherencia. El contenido de Feast no creo que empodere mucho a la causa LGTBI. Y no aporta nada al cine.

martes, 17 de mayo de 2022

La última película

de Pan Nalin. India, 2021. 102.
17 de mayo de 2022. Casa de la Cultura, Avilés. V.O.S.

Samay queda fascinado la primera vez que va con sus padres al cine. Tanto que deja de ir a algunas clases y se hace amigo del proyeccionista. Desde su pueblo le lleva las deliciosas comidas que su madre le prepara para el colegio. A cambio él le enseña los misterios de esa máquina prodigiosa que engulle cintas y escupe historias hechas con luz.

Haber visto Cinema Paradiso nos condiciona. De hecho, parece que Tornatore nos hizo creer que la liturgia de una sala de cine se profesa mejor en Italia que en la India. Pan Nalin debe ser consciente de ello y ha optado por articular su historia desde la intensidad de lo vivido y no desde la nostalgia de lo evocado. La suya es una película tierna pero no empalagosa. Estamos de parte del niño, de su madre, del proyeccionista y hasta del pobre padre. Sin embargo, junto a los mimbres coloristas que hacen que La última película sea apta y deliciosa para todos los públicos, Pan Nalin incluye elementos que hacen que la historia también pueda tener  otras lecturas. Como la alusión a esa nueva fractura social en la India (y en todo el mundo) entre quienes hablan inglés y quienes no. Como el nombre del niño que significa tiempo y que es justamente lo que según Tarkovski sabe esculpir el cine. O como la obsesión por la luz de ese niño que, en cierto modo, intuye el significado etimológico del arte de la fotografía (escribir con luz) y la manera en que el cine construye historias intercalando en el tiempo la luz y la oscuridad. Lo que nos muestra La última película parece remoto pero sucedió en todo el mundo hace poco más de diez años, cuando la obligada digitalización jibarizó las salas y entregó el cine a los que hablan inglés. De modo que entre los subtextos de esta película bonita y amable también encuentro intencionadas denuncias como las imágenes de la destrucción de los proyectores o la reconversión plastiquera de las películas en brazaletes. Imágenes que me recuerdan a las de Koyaanisqatsi, aquella impresionante película que hace cuarenta años dirigió Godfrey Reggio a partir de la música de Philip Glass.

lunes, 16 de mayo de 2022

The man with answers

de Stelios Kammitsis. Chipre, 2021. 81.
16 de mayo de 2022. Centro Niemeyer, VII Festival de cine LGBTI, Avilés. V.O.S.

Tras la muerte de su abuela un joven griego coge el viejo coche familiar para viajar a Alemania y encontrarse a su madre. En el ferri hacia Italia conoce a un alemán que regresa después de pasar unas semanas en Grecia. Al principio el chico griego no quiere que le acompañe en su coche. Pero poco a poco la sintonía irá creciendo y el viaje compartido no terminará en la casa de su madre.

Una historia de carretera sencilla y amable. Los diálogos resultan deliciosos y confirman que en el cine y en el arte muchas veces menos es más. Aquí no hay una trama compleja ni misterios que desvelar. Tan solo la contemplación estival de conversaciones inteligentes entre unos personajes que, sorteando los requiebros, cautivan al espectador.

Salvajes, el cuento del lobo

de Álex Galán. España, 2021. 81.
16 de mayo de 2022. Cines Ocimax, Gijón.

La Asturias salvaje. Pero no la del paraíso natural, sino la de la lucha sin cuartel entre los forajidos lobicidas y quienes defienden las leyes. Las leyes europeas y las leyes de una naturaleza cuyos equilibrios ecológicos dependen de que los depredadores no destruyan el resto de pirámide. Como no hacen ni pueden hacer los lobos. Como sí lo hacen muchas veces los humanos. Asistimos a este duelo en el salvaje norte presenciando lo que dicen y hacen los contendientes. Por una parte, los ecologistas y guardas heroicos que cumplen las leyes y defienden a los lobos. Y por otra, los terroristas de la noche que los decapitan o ponen veneno en el campo. Al final también vemos a algunos ganaderos responsables que protegen sus rebaños respetando a los lobos. De ellos apenas se habla en esta Asturias mediática en la que hasta su gobierno se ha puesto frente a Europa y del lado de esos terroristas ambientales que repiten una y otra vez el cuento del lobo feroz.

Es evidente que mi resumen no es neutral. Y ese es uno de los grandes méritos de la película. Álex Galán ha conseguido que viéndola seguramente se encuentren tan cómodos los ganaderos alimañeros como los que seguimos siendo fieles a Félix Rodríguez de la Fuente. Pero esa habilidad suya no se debe confundir con la equidistancia. De hecho, el tramo final de la película incluye un ejemplo de cómo se puede superar la confrontación en torno al futuro de los lobos (no de "el lobo", que dicho así, como "la mujer española", tiene mucho de esencialista y remite fácilmente al cuento del lobo feroz). Me refiero a esa familia deliciosamente lúcida que protege sus rebaños pero respeta a los lobos porque sabe que ellos también están en su sitio y le hacen mucho bien a ese sitio. Lamentablemente, hay demasiados españoles con banderitas en las muñecas que no conocen ni aprecian las envidiables maravillas del territorio ibérico. Como el prodigio inigualable de su naturaleza, su cultura y sus lenguas. En Asturias tenemos la suerte de no haber perdido nunca a los lobos pero se nos llena más la boca hablando del cachopo que del amarillo de sus ojos. Es una forma de entender el valor de lo propio bien distinta y distante de actitudes como la de esa prudente familia ganadera. O de las de sus compañeros de la Sierra de la Culebra que también saben convivir con los lobos sin pretender exterminarlos. O la de aquel empleado de la gasolinera más cercana a mi pueblo que me contaba el verano pasado que una mujer creía haber visto hacía unos días un lince por la zona de esa linde maravillosa entre Salamanca y Cáceres. La emoción de aquel hombre sencillo por la posibilidad de que él pudiera llegar a ver alguna vez un lince ibérico en esa zona me hizo pensar que el verdadero paraíso natural no está en Asturias ni en los lugares que hacen gala de esa marca. Está en aquellos paisajes en los que el paisanaje sabe verlo.

domingo, 15 de mayo de 2022

Benediction

de Terence Davies. Reino Unido, 2021. 137.
15 de mayo de 2022. Centro Niemeyer, VII Festival de cine LGBTI, Avilés. V.O.S.

Siegfried Sassoon fue un poeta inglés que, tras participar en la Primera Guerra Mundial, se manifestó públicamente contra su gobierno por prolongarla. Su objeción de conciencia frente a la guerra fue notoria en sus textos. Como lo fueron en su vida los   avatares de sus relaciones homosexuales y su matrimonio. 

Nuevamente un Terence Davies primoroso nos muestra con elegancia la vida de ciertas élites inglesas. En Benediction hay casi tres historias protagonizadas por el mismo hombre. La de sus convicciones antibelicistas que al final le llevaron a hacerse católico. La de sus querencias amorosas de las que no siempre salió bien parado. Y la de esa aristocracia literaria que concibe la inteligencia como sinónimo del sarcasmo y como indisociable del ombligo radicalmente inglés (valga la redundancia). Benediction es una película larga que se ve con mucho agrado. Por el cuidado en la presentación de las atmósferas y los diálogos y por la fácil sintonía que, cuanto menos sobre la guerra, uno siente con el protagonista. En estos tiempos en que la vieja Rusia y la comatosa OTAN parecen estar de vuelta por la resurrección de la amenaza nuclear, conviene recordar que algunos hemos sido siempre objetores de conciencia. Expresamente.

sábado, 14 de mayo de 2022

La primera muerte de Joana

de Cristiane Oliveira. Brasil, 2021. 91.
14 de mayo de 2022. Centro Niemeyer, VII Festival de cine LGBTI, Avilés. V.O.S.

Joana pierde a su tía abuela cuando está pasando esa edad difícil en que no se acaba de dejar la infancia ni de entrar en la adolescencia.  Con ella tenía la mayor complicidad pero ahora le intriga por qué aquella mujer nunca tuvo novio. Joana está siempre con una amiga y esa relación no gusta nada en el entorno del colegio.
 
No hay reproches que hacer a la forma en que se pone la cámara ni a la voluntad de sutil elegancia en lo que se muestra. Sin embargo, lo que en otras películas es contención apreciable aquí me parece parsimonia innecesaria. Quizá haya sido por los veintiocho grados que marcaba la sala en este primer día de la muestra de cine LGBTI pero, no siéndolo, La primera muerte de Joana se me ha hecho larga. Nada que ver con la fascinación de otras historias con protagonistas de esas edades . Por ejemplo, una magnífica y bien reciente: Libertad de Clara Roquet.

jueves, 12 de mayo de 2022

Una canta, la otra no

de Agnès Varda. Francia, 1977. 115.
12 de mayo de 2022. Centro Niemeyer, Avilés. V.O.S.

Pomme ayuda a Suzanne para que pueda ir a abortar a Suiza. Ella ya tiene dos hijos de un fotógrafo casado y deprimido. Él es un hombre torturado que un día se suicida. A diferencia de Suzanne, Pomme es muy alegre y vital y lo que más le gusta es viajar y cantar con su grupo. Cada una de ellas llevará una vida diferente pero se mantendrán en contacto por vía epistolar. Así Suzanne sabrá que Pomme ha ido a vivir a Teherán con un iraní que conoció en Amsterdam y Pomme sabrá que Suzanne ha abierto una consulta de planificación familiar en la que conoce a un pediatra con el que luego se casa. Son las afinidades electivas de unas feminidades amigables que hacen todo lo posible por ser libres y felices en unos tiempos difíciles pero también ilusionantes. Eran los años de la llamada década prodigiosa y los primeros sesenta.

Ahora que el cainismo no parece ser solo masculino y se ha infiltrado también en ciertos sectores del feminismo da gusto comprobar que las mujeres no tienen motivos para caer en el adanismo, esa otra tentación tan peligrosa de querencias amnésicas. La frescura y lucidez con que Agnès sabe poner la cámara y la forma tan hermosa en que retrata a estas amigas de las complicidades sin reproches nos recuerda que hace casi sesenta años había muchas mujeres que no solo tenían ansías de libertad sino que ponían todo su empeño en no aplazarla a un futuro perfecto. Una canta, la otra no tiene delicadeza, derivas imprevistas, música y cartas, muchas cartas, en las que esas dos mujeres se dicen (o piensan en decirse) muchas cosas. Es la sinceridad alegre, poderosa y esperanzada del mejor feminismo. El que se sabe unido y fuerte. El que se acepta plural.

jueves, 5 de mayo de 2022

Azor

de Andreas Fontana. Argentina, 2021. 100.
5 de mayo de 2022. Centro Niemeyer, Avilés. V.O.S.

El banquero suizo Yvan De Wiel viaja con su mujer a Buenos para hacerse cargo de las transacciones que llevaba su socio desaparecido. Así conocerá a las élites argentinas en tiempos tan tremendos como los de la dictadura militar.

Aunque al final no quede del todo claro qué fue lo que le pasó al socio, la parsimoniosa flema del banquero y la sutil perspicacia de su mujer son la mejor compañía para esta inmersión en el ecosistema de los potentados argentinos, seguramente una de las faunas más interesantes para cualquier espectador. Lógicamente, la banca suiza sale tan malparada como esos jerarcas vitalicios que en los años setenta recibieron con mucha alegría la llegada salvaje de los militares el poder. Y eso que entre los desaparecidos también estaban algunos de sus hijos.

miércoles, 4 de mayo de 2022

Las cartas de amor no existen

de Jérôme Bonnell. Francia, 2021. 89.
4 de mayo de 2022. Centro Cultural Valey, Piedras Blancas. V.O.S.

Jonás vuelve una mañana a la casa de Léa, pero ella ya no quiere seguir con él. Al salir se toma un café en el bar de enfrente. Y luego otro. Después busca papel y bolígrafo y se pone a escribirle una carta de amor. Al dueño del local le gusta mucho lo que escribe, tanto que le dice que no debería dársela solo a ella. Y así va pasando el día. Vigilando a Léa desde el bar y haciendo relaciones imprevistas con los parroquianos.  

El bar de la esquina, las circunstancias amorosas y algunas otras cosas hacen que esta película nos recuerde en cierto modo a la estupenda La puerta de al lado de Daniel Brühl. El tono es muy distinto pero en las dos el interés se mantiene todo el tiempo. Las cartas de amor no existen es menos intensa que El tiempo de los amantes, la otra película que habíamos visto de Jérôme Bonnell pero su amable ligereza es agradable y no cae en la blandura que caracteriza a buena parte del cine francés. Así que, aunque no llegamos a conocer el contenido de la carta, las cuitas  de Jonás mientras la escribe hacen que se esté muy bien en ese bar.

martes, 3 de mayo de 2022

Alcarràs

de Carla Simón. España, 2021. 120.
3 de mayo de 2022. Cines Ocimax, Gijón. V.O.S.

La familia Solé vive de su plantación de melocotones. Los cultivan desde hace muchos años pero la tierra no es suya. Su propietario se la cedió al abuelo en agradecimiento por esconder a su familia durante la guerra civil. Pero aquella vieja amistad ya no sirve porque el heredero ha decidido dedicar esos terrenos a la instalación  de paneles solares. Así que este será el último verano en que la familia Solé cosechará melocotones en Alcarràs.

Carla Simón sabe dónde poner la cámara para hacernos sentir que formamos parte de esa familia, que siempre hemos estado con ellos y que nos interesa tanto la ira del padre, como la paciencia de la madre,  la pena del abuelo, los silencios de los hijos mayores y, por supuesto, los juegos de las niñas. Alcarràs consigue un delicado equilibrio entre la inmersión en esa intrahistoria familiar y los leves apuntes contextuales que aportan a la historia matices de denuncia. Y lo logra evitando por igual las posibles nostalgias neorrancias y los lugares comunes propios del discurso de la España (o Cataluña) supuestamente vaciada. Carla Simón pertenece a ese tipo de directoras que saben mostrar la cotidianidad de la vidas en familia haciéndonos sentir que no hay ni cámaras ni pantallas. Me refiero a cineastas españolas tan notables como Neus Ballús, Mar Coll, Isabel de Ayguavives o Clara Roquet, argentinas como Lucrecia Martel, Ana Katz, Paula Hernández o Milagros Mumenthaler o chilenas como Marcela Said o Dominga Sotomayor. Carla Simón forma parte de ese magnífico grupo y hasta ahora solo ha hecho dos películas: Estiu 93 y Alcarràs. Nada menos.