sábado, 28 de noviembre de 2020

First cow

de Kelly Reichardt. EE.UU., 2019. 121’.
28 de noviembre de 2020. 58º Festival de Cine de Gijón (sección: albar). Filmin. V.O.S.

En los comienzos de la conquista del Oeste un cocinero se encuentra con un inmigrante chino en un lugar al que acaba de llegar desde Europa la primera vaca. A escondidas la ordeñan cada noche para preparar unos buñuelos  que venden con mucho éxito.

Un western sosegado y delicado en el que pasan pocas cosas. La belleza del lugar y la bondadosa relación de estos amigos incidentales son las claves de una película que parece un cuento enternecedor bien lejano de la forma habitual de los relatos sobre el lejano Oeste. La veo cuando ya conocemos un palmarés en el que ha sido considerada la mejor película de la sección Albar. En Retuellos ha  ganado 9 fugas y Marygoroung (sin duda, mucho mejor esta última) y en Tierres en trance la premiada ha sido Chaco, aunque La calle del agua también se ha llevado varios premios. Así termina una edición extraña de este festival en la que he podido ver treinta y tres películas (más que nunca) a cambio de tener que hacerlo desde casa. El festival ha perdido su querido logo y ha cambiado su estructura con unas secciones con otros nombres en asturiano y una distinción de categorías que me parece discutible. Me alegro de que haya habido una sección casi entera dedicada al cine latinoamericano, aunque no me gusta nada que se considere que aquellos países son siempre Tierres en trance (palabra esta última que, por cierto, no existe en asturiano). Tampoco me ha gustado especialmente la selección de películas que tiene, para mal, un evidente contraste con las que acabamos de ver en el festival de Huelva. Así que, habiendo disfrutado de películas muy interesantes (por ejemplo, las de la retrospectiva de Ana Katz o las dos japonesas), también he visto varias manifiestamente mejorables para haber sido seleccionadas en las tres secciones principales. Espero que el próximo año podamos retomar la normalidad de este estupendo rito anual y asistir al festival en las salas de Gijón.

Un blues para Teherán

de Javier Tolentino. España, 2020. 80’.
28 de noviembre de 2020. 58º Festival de Cine de Gijón (sección: retueyos). Filmin. V.O.S.

Erfan Shafei es un joven kurdo con el que recorremos Teherán para escuchar lo que cantan y lo que dicen algunas gentes que él conoce.

Reivindicación musicográfica de la riqueza cultural iraní. Javier Tolentino se ha pasado a la dirección para hacer este homenaje a un país que tiene muchas cosas magníficas. Entre otras su cine. Por eso, sin despreciar su trabajo, parece exagerado haber situado este documental como película de clausura de una edición del festival que, renegando de su trayectoria, no ha programado en sus secciones oficiales ninguna película iraní, ni tampoco de países africanos o asiáticos que no sean los del lejano Oriente. En fin.

Breve miragem de sol

de Eryk Rocha. Brasil, 2019. 70’.
28 de noviembre de 2020. 58º Festival de Cine de Gijón (sección: tierres en trance). Filmin. V.O.S.

Acompañamos a Paulo por las calles de Río de Janeiro a bordo de su taxi. En él conoceremos algunos retazos de las vidas de los pasajeros que se van subiendo cada noche. También sabremos que Paulo se ha divorciado. Y que sufre porque quiere ver a su hijo.

Eryk Rocha evita los subrayados y así consigue, no solo componer un retrato intermitente de este taxista silencioso, sino mostrar el latido nocturno de una ciudad tan fascinante como Río de Janeiro. La puesta en plano y el montaje son impecables para ese tono incidental que le va tan bien al relato. Con elegancia modesta y atención a los silencios, Eryk Rocha ha conseguido hacer que resulten hipnóticas esas noches por la ciudad y que no apetezca salir nunca de ese taxi.

La calle del agua

de Celia Viada Caso. España, 2020. 70’.
28 de noviembre de 2020. 58º Festival de Cine de Gijón (sección: tierres en trance). Filmin.

Evocaciones posibles sobre Benjamina Miyar Díaz, una joven libre, una fotógrafa autodidacta y una represaliada por la dictadura. Vivió en Corao y deberíamos saber mucho más de ella.

Con un trabajo para el máster de documental de creación en la UPF de Barcelona, Celia Viada Caso ha sabido dar una lección de muchas cosas. De la manera de rescatar la intrahistoria de una mujer que supo ser libre en un pueblo asturiano. De la forma de componer un relato hilvanando fotografías y filmaciones remotas con imágenes poéticas del presente. De la manera en que una voz narrativa (la suya) con un texto impecable consigue hacer que todo eso cobre un sentido profundo que va mucho más allá que una nueva aportación al género de la memoria histórica. Porque La calle del agua es también una reflexión de calado sobre la memoria y la imagen, sobre esas artes que, deteniéndolo o dejándolo fluir, se las ven con la materia del tiempo. Celia Viada Caso sabe que hacer cine y hacer pensar sobre el cine no es encadenar imágenes sino prestar atención a su cadencia. Por eso La calle del agua es mucho más que un documental. Es una joya poética.

Subterranean

de Gabriel Velázquez y Manuel Matanza. España, 2020. 70’.
28 de noviembre de 2020. 58º Festival de Cine de Gijón (sección: albar). Filmin. V.O.S.

Pablo y Marieta son L.A.Drones, un grupo musical que se está haciendo un hueco en los garitos de Los Ángeles. Los vemos tocando en los conciertos, comprando y consumiendo sustancias varias, queriendo mucho a su perro y también teniendo broncas importantes entre ellos.

En Artico y en Zaniki Gabriel Velázquez demostró que sabe poner la cámara y retratar los lugares. Sin embargo, algunos de sus personajes parece que se comen sus películas. Le pasó con Eusebio en la anterior y con Pablo en esta. Entre la ruralidad castellana y los no-lugares californianos creo que a su cámara y a su mirada les sienta mucho mejor lo primero. Así que casi le recomendaría que volviera a Salamanca y utilizara su brío para contarnos historias con más interés y mostrarnos paisajes y paisanajes más sugerentes.

The castle

de Lina Lucyte. Lituania, 2020. 91’.
28 de noviembre de 2020. 58º Festival de Cine de Gijón (sección: retueyos). Filmin. V.O.S.

Mónika vive con su madre y su abuela en Dublín. La abuela tiene demencia y la madre, que había sido pianista profesional en Lituania, trabaja duramente en una fábrica de pescado. Mónika canta muy bien y a veces actúa junto a su madre en celebraciones familiares. En una de ellas la invitan a cantar en The castle. Ella tiene mucha ilusión por hacerlo, pero su madre ha vendido el teclado y no la deja ir. Mónika se empeñará en conseguirlo y hace cosas de las que luego se arrepentirá. Al final Mónika, acompañada por su abuela, consigue cantar allí . Y será una lección para ella.

Una historia de inmigrantes con facultades notables y entornos difíciles. La tenacidad sin límites de la adolescente hará que la película sea mucho más que uno de esos alegatos sobre el poder redentor del empeño musical. Las tres actrices están magníficas interpretando unos personajes bien construidos y llenos de matices (también el de esa abuela demente que quisiera cruzar el mar para regresar a Lituania). Lina Lucyte cuenta una buena historia que, en las truculencias vitales de sus personajes, me ha recordado al cine de Ken Loach. Aunque con una mirada lituana y femenina en entornos irlandeses.

viernes, 27 de noviembre de 2020

Sueño Florianópolis

de Ana Katz. Argentina, 2018. 106’.
27 de noviembre de 2020. 58º Festival de Cine de Gijón (sección: Ana Katz). FICXTV.

Pedro y Lucrecia forman un matrimonio argentino maduro pero están técnicamente separados. Sin embargo, este verano se van juntos a pasar las vacaciones con sus hijos a Florianópolis. De camino se quedan sin gasolina y les hecha una mano Marco, un brasileño muy amable que alquila casas allí.

Una película amable sobre unas vacaciones familiares en verano. Que se desarrolle en Florianópolis es ya un aliciente para mi (allí vive un amigo brasileño). Y también lo es que el personaje de Lucrecia lo interprete Mercedes Morán, tan estupenda como siempre. Pero, para no defraudar, Ana Katz hace que esta historia con sustrato rohmeriano y estival (como ¡Al abordaje!, la película que inaguró esta edición del festival) esté llena de matices en las relaciones entre el cuarteto de maduros (más sinceramente liberal la pareja brasileña que la argentina) y los jóvenes que asisten a sus aventuras y llevan con más naturalidad las suyas. Esta vez no actúa la propia Ana Katz ni aparecen personajes tan singulares como los que ella ha interpretado en sus otras películas. Sin embargo, Sueño Florianópolis vuelve a confirmar que es una directora y una guionista con una capacidad extraordinaria para retratar la complejidad de las relaciones familiares y para atrapar  al espectador con historias sutiles aunque aparentemente banales como esta. Con esta película ya he visto las cinco que se han programado de Ana Katz. Y a estas alturas tengo muy claro que esta retrospectiva (o foco, como han decidido llamarla) ha sido el mayor acierto en la programación del festival.

Una novia errante

de Ana Katz. Argentina, 2007. 85’.
27 de noviembre de 2020. 58º Festival de Cine de Gijón (sección: Ana Katz). FICXTV.

Inés y Miguel van a pasar unos días de vacaciones en Mar de las Pampas. Sin embargo, tras una discusión, ella llega sola al hotel y él no se baja del autobús y regresa a Buenos Aires. Serán cuatro días difíciles en los que ella tendrá que aceptar que su relación se ha roto. Un tiempo para conocer a otras gentes y otras formas de vivir menos tensas.

La escena del autobús es casi un prólogo de la película. Y un retrato sutilísimo de las formas que puede adoptar ese negro desamor del que habla la estupenda canción de Serrat. En el resto de la película Miguel casi queda en fuera de campo y la protagonista absoluta es esa mujer errante, entre doliente y patética, que otra vez interpreta magníficamente Ana Katz. Así que como actriz ha construido un retrato perfecto de una feminidad desvalida a la que, sin embargo, depara como directora un contexto amable y unos encuentros balsámicos que su personaje todavía no sabe manejar. Evitando caer en la desesperanza, Ana Katz tiene el acierto de terminar su película con ese reencuentro familiar que resulta tan protector y sanador para la protagonista. Así que vuelvo a decirlo: me encanta el cine de Ana Katz.

El juego de la silla

de Ana Katz. Argentina, 2002. 93’.
27 de noviembre de 2020. 58º Festival de Cine de Gijón (sección: Ana Katz). FICXTV.

Víctor vuelve de Canadá a Buenos Aires. En realidad está de paso porque al día siguiente tendrá que irse a la reunión a la que ha sido enviado por su empresa. Así que apenas tiene un día para ver a su familia.  Su madre, sus dos hermanas, su hermano y su antigua novia esperan con mucha ilusión esas horas.

Entre entrañable y patética. Así será la breve experiencia familiar de este argentino extrañado. Además de bordar su papel interpretando a una de las hermanas, Ana Katz demuestra tener una gran capacidad para poner al espectador en ese lugar incómodo en el que se puede sentir a la vez mucho afecto y mucha vergüenza por las patéticas muestras de cariño que a veces dispensan ciertas familias. Con una mirada distante podría pensarse que Ana Katz ha hecho aquí una comedia. Y, siendo en parte verdad, El juego de la silla tiene mucho más calado y, desde la ambientación hasta la gestualidad, contiene elementos conmovedores, por más que parezcan casi surrealistas. Lo más increíble es la capacidad de esta directora para lograr esa diáfana e irónica sutileza a la par que interpreta papeles de unas mujeres a las que apetece tanto dar un abrazo como no cruzarse jamás con ellas. Me encanta Ana Katz. Y no entiendo por qué su cine no es más conocido en España.

jueves, 26 de noviembre de 2020

Wildland

de Jeanette Nordahl. Dinamarca, 2020. 88’.
26 de noviembre de 2020. 58º Festival de Cine de Gijón (sección: retueyos). Filmin. V.O.S.

Ida tiene diecisiete años y acaba de perder a su madre en un accidente de tráfico. Su tutela pasa a su tía Bodil, con la que su madre no quería que tuviera ningún contacto. Ella tiene tres hijos mayores que están metidos en negocios de préstamos y extorsiones. Ida los acompañará algunas veces y se verá implicada en un terrible incidente.

La reinona de esta familia de depredadores sabe repartir muy bien los abrazos. También los que necesita Ida para que integrarse en este clan tan peligroso. Wildland podría formar una trilogía magnífica con Animal kingdom de David Michôd (obviamente) y  también con El clan de Pablo Trapero. Con eso ya está todo dicho.

Marygoround

de Daria Woszek. Polonia, 2020. 80’.
26 de noviembre de 2020. 58º Festival de Cine de Gijón (sección: retueyos). Filmin. V.O.S.

Mary es una mujer aburrida que vive rodeada de imágenes de vírgenes y tiene en casa a una sobrina mucho más animada.  A punto de cumplir cincuenta años visita al ginecólogo que le recetará unos parches hormonales que cambiarán radicalmente su aburrida vida de cajera de un supermecado.

La virgen menopáusica de Cracovia. Este podría ser también el título de esta curiosísima película que hace que parezcan muy sosos los decorados y los colores saturados de Almodóvar. Entre esa estética y la de Amelie o Delicatessen podría estar la de esta magnífica película que tiene imágenes hipnóticas e interpretaciones estupendas. Me gustaría saber cómo será recibida en Polonia. Su contenido es pura provocación moral. Y también una delicia estética.

La mujer que escapó

de Hong Sang-soo. Corea del Sur, 2020. 77’.
26 de noviembre de 2020. 58º Festival de Cine de Gijón (pases especiales). FICXTV. V.O.S.

Gamhee tiene tres encuentros con amigas. Dos en casas modernas en las periferias de Seul y la tercera en un centro cultural. En algún momento de cada uno de esos encuentros aparece un hombre. Y poco más.

Ellas no se emborrachan. Tampoco comen mucho, aunque hablan algo de comida y de sus relaciones sentimentales. Hay también esos zooms con la cámara que, como las mesas y las botellas verdes de soju, son marca de la casa. Pero ninguna mujer corre. Por suerte, esta última película de Hong Sang-soo está en un pase especial y no en las secciones oficiales del festival. Así que esta vez no hay riesgo de que un jurado la premie. Menos mal.

Voices in the wind

de Nobuhiro Suwa. Japón, 2020. 139’.
26 de noviembre de 2020. 58º Festival de Cine de Gijón (sección: albar). Filmin. V.O.S.

Haru vive con su tía en Hiroshima. Tiene diecisiete años pero aún no ha superado la desaparición de su hermano y de sus padres en el tsunami de 2011. La hospitalización de su tía hace que se decida a emprender un largo viaje hacia su pueblo durante el cual conocerá a varias personas que la ayudan. Quiere llegar a la que fue su casa en Otsuchi, pero también encontrará una cabina de teléfono en la que podrá hablar y llorar a su familia.

La cabina tiene algo de pagoda en la que se desarrolla esa conmovedora escena final que, por si sola, justifica las más de dos horas y media de esta película que se pasan en un suspiro. De Nobuhiro Suwa había visto El león duerme esta noche, otra película muy singular que quiere ser como un juego de niños. La historia de Haru y la poética manera en que se nos muestra su periplo hacen de esta película una joya que merecería ser premiada en muchos festivales. Si no supiera quién la ha dirigido, diría que es heredera del mejor Ozú y que bien podría haber sido hecha por Kore-Eda. Nada menos.

miércoles, 25 de noviembre de 2020

El tiempo perdido

de María Álvarez. Argentina, 2020. 102’.
25 de noviembre de 2020. 58º Festival de Cine de Gijón (sección: tierres en trance). Filmin.

Un grupo de hombres y mujeres bastante maduros de reúnen en un café para leer y comentar El busca del tiempo perdido, la obra magna de Proust. Y lo vienen haciendo desde hace muchos años

Tener tiempo para hablar del tiempo. Hacerlo al hilo de la novela más clásica sobre el paso del tiempo en uno de esos maravillosos cafés de Buenos Aires en los que se ha conseguido parar el tiempo para que los parroquianos aprendan a saborearlo. Y hacerlo justamente en el Café Tribunales, situado en la esquina de Lavalle con Uruguay (justo a la vuelta de la cuadra que tengo enfrente del hotel en el que me suelo alojar cuando voy a Buenos Aires, al ladito mismo de la Pizzería Gerrín y justo enfrente del teatro Metropolitan). Así que era imposible que me perdiera esta película hecha con un delicioso blanco y negro en la que da gusto escuchar las voces de estos colegas de lecturas venerables (las lecturas y ellos). Sin embargo, me hubiera gustado que la película captara más sus conversaciones y comentarios. Eso es justamente lo que hace bastante mejores a otras dos películas centradas también en encuentros de gentes maduras que sintonizan. Me estoy refiriendo a esas dos joyas que son La Once de Maite Alberdi y Cola, Colita, Colassa de Ventura Pons.

Il mio corpo

de Michele Pennetta. Italia, 2020. 80’.
25 de noviembre de 2020. 58º Festival de Cine de Gijón (sección: retueyos). Filmin. V.O.S.

Oscar busca chatarra con su padre pero no es feliz al lado de él. Stanley es un inmigrante africano que también vive en Sicilia trabajando en lo que puede. Los dos parecen estar fuera del eje de una vida que no es la que quisieran llevar.

Como en Los Marziano de Ana Katz, aquí también hay dos historias que solo se conectan al final. Los silencios y los gestos son mucho más importantes que lo que se dice o se muestra. De hecho, la cámara parece estar en medio de dos realidades afines sin importunar nunca a quienes las están viviendo. Así que Michele Pennetta consigue transmitir poética de la miseria que resulta estimable por su buena factura y su coherencia.

Tipografic majuscul

de Radu Jude. Rumanía, 2020. 128’.
25 de noviembre de 2020. 58º Festival de Cine de Gijón (sección: albar). Filmin. V.O.S.

En 1981 un adolescente rumano llamado Mugur Călinescu que escuchaba Radio Europa Libre escribió con tiza por las noches mensajes críticos con el régimen de Ceauscescu. La Securitate dio con él lo espió, lo interrogó pocos años después murió. El acceso a los archivos de aquella policía temible permite rescatar lo que él hizo y lo que hicieron cón él.

Imágenes televisivas de aquella época se intercalan con testimonios frontales de actores que interpretan a los protagonistas de aquellos hechos. Esa secuencia binaria se mantiene durante las dos horas largas que dura la película, algo que probablemente resultará menos tedioso para los rumanos que para los demás. De hecho, aunque me doy cuenta de que todo lo que se muestra es patético, los videos de propaganda televisiva que a los rumanos seguramente les parecerán entre surrealistas e hilarantes a mi me resultan a veces enternecedores por su ingenuidad. La parte hecha para esta película parece el trasunto de la obra de teatro en que se inspira. Y aunque eso no es un defecto, al final el dispositivo acaba resultando un tanto rígido y hierático. En eso acaba recordando también las maneras de aquel régimen detestable que se crítica en la película.

martes, 24 de noviembre de 2020

Amor sin ciudad

de Pedro Sara Violeta Pagán. España, 2020. 72’.
24 de noviembre de 2020. 58º Festival de Cine de Gijón (sección: retueyos). Filmin.

Escenas de jóvenes en los márgenes mostrando retazos de sus vidas. Es una iniciativa de Matadero. Y seguramente resultará sanadora para quienes participan.

¿Cine terapéutico o séptimo arte? Quizá sea interesante impugnar esa pregunta, pero no sé si eso debe ser relevante para seleccionar las películas que deben entrar en una de las secciones competitivas de este festival. Sobre las virtudes terapeúticas de ese proyecto no hay ningún motivo para dudar. Pero sobre lo otro, parece difícil pensar que no hubiera mejores películas para esta sección. Por lo demás, aprecio lo que se hace con los chicos que vemos en la pantalla (aunque no estoy seguro de que a todos les beneficie a largo plazo haber desnudado su alma ante la cámara) y debo decir que he disfrutado especialmente viendo el cálido fluir de la vida en la sala de estar de un pueblo salmantino.

Chaco

de Diego Moncada. Bolivia, 2020. 77’.
23 de noviembre de 2020. 58º Festival de Cine de Gijón (sección: tierres en trance). Filmin.

Durante la guerra del Chaco un grupo de soldados bolivianos avanzan sin un destino claro a las órdenes de un capitán alemán. Aunque no hay escenas de enfrentamientos con los paraguayos las cosas acabarán muy mal para estos soldaditos de Bolivia.

Chaco es el contrapunto perfecto de La hamaca paraguaya, aquella magnífica película de Paz Encina sobre una pareja de ancianos que esperaban el regreso del hijo de aquella guerra. Es igual que esta película hable de la guerra del Chaco desde el lado boliviano y aquella lo hiciera desde el paraguayo. Con el conflicto armado en fuera de campo (en aquella aún más que en esta) las dos se centran en los dramas vitales de quienes sufrieron las consecuencias. La historia de aquella guerra y la que los paraguayos libraron setenta años antes contra la Triple Alianza, las conozco más desde el lado paraguayo. Y de algún modo ambas siguen dejando su huella entre los habitantes de ese país ubicado en la tierra sin mal de los guaraníes y en el que, quizá por aquel holocausto masculino de hace siglo y medio, tiene su mejor activo en la tenacidad y el empuje de sus mujeres. Lástima que sus gobiernos y los de su entorno hayan estado casi siempre a cargo de esos machos salvajes que aún son recordados en plazas y panteones.

9 fugas

de Fon Cortizo. España, 2020. 85’.
24 de noviembre de 2020. 58º Festival de Cine de Gijón (sección: retueyos). Filmin. V.O.S.

Concierto instrumental sensible a los sonidos de los puertos. Historias fragmentarias sobre memorias ahogadas. Periplos femeninos en los márgenes de una ría.

El sonido es fascinante. Y muchas de las imágenes también. Para disfrutar convenientemente de esta obra sería necesaria la inmersión compartida en la oscuridad y el silencio propios de una sala de cine. En todo caso, la experiencia es hipnótica. Sin embargo, la forma me parece mejor que el contenido. Y el problema no son sus propósitos en relación con la memoria histórica o que el relato resulte a veces elusivo, sino que su intención poética se devalúa un poco cuando las escenas se hacen menos abstractas.

lunes, 23 de noviembre de 2020

Lluvia de jaulas

de César González. Argentina, 2018. 82’.
23 de noviembre de 2020. 58º Festival de Cine de Gijón (sección: tierres en trance). Filmin.

Imágenes cotidianas en las villas miseria de Buenos Aires. Seguimos a un adolescente por los vericuetos de unas callejuelas inmundas, en los interiores de infraviviendas y también paseando por Corrientes esquina Florida.

Casi podría hacer la valoración inversa a la que acabo de hacer sobre El cielo después de llover. Aquí es máxima la legitimidad de César González para construir una película que es, a la vez, testimonio y denuncia de una realidad sobre la que toma partido con toda la razón. Sin embargo, no consigue superar lo fragmentario de las imágenes ni articular un relato consistente, más allá de ese chico con gafas de sol al que seguimos casi todo el tiempo. Los comentarios, entre poéticos y marxistas, acaban por no ser ni cautivadores ni tampoco convincentes en su crítica. Y es una lástima porque una causa tan justa merecía una película mejor.

Como el cielo después de llover

de Mercedes Gaviria. Colombia, 2020. 76’.
23 de noviembre de 2020. 58º Festival de Cine de Gijón (sección: tierres en trance). Filmin.

Mercedes vuelve desde Buenos Aires a Medellín para acompañar a su padre en el rodaje de La mujer del animal. Es la ocasión para recuperar los videos que él filmo sobre la vida cotidiana de la familia y para reflexionar sobre lo que esas imágenes significan para ella.

Reconozco que ya me empiezan a parecer demasiadas las películas autorreferenciales con imágenes encontradas. Por otra parte, ser la hija de Víctor Gaviria y poder grabar con libertad la intrahistoria de una filmación real es una ventaja indudable. Sin embargo, Mercedes Gaviria consigue dotar a su relato de un pulso narrativo que nunca decae y tener habilidad no solo para seleccionar y ordenar materiales relevantes, sino  una notable lucidez para comentarlos. De hecho, la reflexión final a modo de epílogo sintético me parece realmente estupenda.

Implosión

de Javier Van de Couter. Argentina, 2020. 80’.
23 de noviembre de 2020. 58º Festival de Cine de Gijón (sección: tierres en trance). Filmin.

Hace quince años Pablo y Rodrigo resultaron heridos en una masacre en su instituto de Carmen de Patagones. Ahora emprenden un viaje para encontrar a quien entonces les disparó.

Javier Van de Couter era con Anahí Berneri el responsable de aquella magnífica película llamada Alanis, así que las expectativas que tenía sobre Implosión eran máximas. Y en lo formal no me defrauda y vuelve a demostrar un modo de filmar con un naturalismo argentinísimo y soberbio. Sin embargo, el calado del tema de Alanis y la riqueza de matices que contenía aquella historia no los encuentro en esta película. Comprendo los sentimientos de los personajes y creo que están bien construidos, pero no encuentro muy sutil esta reflexión sobre la venganza. El desenlace está bien y evita la posible truculencia de un final más obvio, pero al lado de aquella mirada atrevida sobre un tema tan polémico y relevante como el de Alanis, esta Implosión no consigue conmoverme.

domingo, 22 de noviembre de 2020

Together apart

de Youjia Qu. China, 2019. 52’.
22 de noviembre de 2020. 58º Festival de Cine de Gijón (sección: retueyos). Filmin. V.O.S.

A la mañana siguiente de haber sido incinerado, el abuelo está en la casa haciendo las cosas de siempre con su mujer, con su hija y con su nieto. Luego saldrán y subirán a un autobús en el que estarán juntos por última vez.

Una atmósfera delicada, una fotografía deliciosa y unos diálogos entrañables componen esta pequeña joya sobre el duelo y la despedida. Ya solo por la hermosa escena del álbum de fotos de la familia y por la del final en el autobús merece todos los premios esta película que es tan breve como exquisita. Una maravilla.

Transoceánicas

de Meritxell Colell y Lucía Vassallo. España, 2020. 116’.
22 de noviembre de 2020. 58º Festival de Cine de Gijón (sección: retueyos/tierres en trance). Filmin.

Meritxell Colell y Lucía Vassallo compartieron hace años afanes y vivencias en Barcelona y Buenos Aires. Desde entonces intercambian cartas filmadas en las que se van poniendo al día.

Los lectores de este blog saben lo mucho que quiero a Barcelona y a Buenos Aires. Y que siento una pasión radical por Latinoamérica y por los lazos que, desde un pretérito imperfecto y en un presente continuo, se siguen tejiendo entre las gentes que compartimos esta lengua. Conocí a Meritxell Colell en un taller de CinEd que dirigió en Gijón con su hermana antes de que estrenara Con el viento. Así, que de alguna manera, me siento concernido por este poema visual a dos miradas que sigue la senda de las correspondencias entre Erice y Kiarostami de la década pasada o las que, por iniciativa del CCCB, mantuvieron además de ellos, cineastas como José Luis Guerín y Jonas Mekas, Isaki Lacuesta y Naomi Kawase, Albert Serra y Lisandro Alonso, Jaime Rosales y Wang Bing o Fernando Eimbcke y So Yong Kim. El intercambio entre Meritxell y Lucía es aún más conmovedor porque trenza de una manera muy especial unas imágenes bellísimas con el latido biográfico de unas cineastas para las que el cine es un homenaje a la vida  y estas cartas un ensayo para convertirlo en diálogo continuo con la textura del tiempo. La casa y el cuerpo como nido, el cine como pasión que se disfruta y padece, la vida como aprendizaje continuo, la luz como pincel y el cielo como punto de fuga. Así es el maravilloso trabajo conjunto de estas dos amigas transoceánicas. Una experiencia magnífica que sabrá disfrutar quien se sienta invitado y conmovido por la intimidad de estas cartas.

Se escuchan aullidos

de Julio Hernández Cordón. México, 2020. 67’.
22 de noviembre de 2020. 58º Festival de Cine de Gijón (sección: tierres en trance). Filmin.

La niña revive lo que hacía su padre cuando era adolescente. Como un fantasma (y hay otro) él le va susurrando palabras al oído que ella repite en voz alta. También hay una mujer lobo, testimonios de gentes mayores y una tenaz búsqueda del viejo lago Texcoco.

Parece un ejercicio estival de unos niños con una cámara. Si solo fuera eso quizá podría tener su gracia pero, convertido en película para la sección latinoamericana de un festival, la cosa cambia. Aunque se comparta el discurso ambientalista y sean gente estupenda los lugareños que hablan frente a la cámara (me encanta la camiseta verde con la caricatura del logo de Starbucks que lleva el tipo de la derecha), el título de la película bien podría describir la reacción del público que la viera en una sala. Y es una lástima teniendo en cuenta la diversidad y el excelente nivel del cine que se hace en nuestra lengua. Como pudimos comprobar la semana pasada en el festival de Huelva.

Los Marziano

de Ana Katz. Argentina, 2011. 89’.
22 de noviembre de 2020. 58º Festival de Cine de Gijón (sección: Ana Katz) FICXTV.

Los hermanos Marziano están muy distanciados y lo están pasando muy mal. Luis porque en el campo de golf del lujoso country en que vive han aparecido unos pozos en los que está cayendo la gente (él también). Juan porque de repente ha notado que es incapaz de leer. Delfina le invita a venir a Buenos Aires para que le vea un buen neurólogo. Será también la ocasión para encontrarse con Luis.

Casi dos películas en una. Las de unos hermanos pasmados que viven en mundos muy distintos y que solo se verán al final. La escena del encuentro hará que confluyan estupendamente las dos historias.  Por lo demás, siempre da gusto ver a actores argentinos tan estupendos como Guillermo Francella, Mercedes Morán, Rita Cortese o Arturo Puig. Es la segunda película que veo de Ana Katz y no tengo ninguna duda de que quiero ver las otras que nos ofrece este festival.

Stray

de Elizabeth Lo. EE.UU, 2020. 72’.
22 de noviembre de 2020. 58º Festival de Cine de Gijón (sección: retueyos). Filmin. V.O.S.

Seguimos a unos perros callejeros en su deambular diario por Estambul. Acompañamos sus búsquedas de comida y sus encuentros con gentes de la zona y con esos niños refugiados que quieren que se les deje cuidar a alguno de ellos.

La cámara a la altura de los perros recorriendo lugares y no lugares de Estambul. Los primeros hacen deliciosa la película con esos entornos que se intuyen del Gálata, las mezquitas y el Bósforo. Los segundos la hacen aún más conmovedora con esos encuentros con los nadies que vienen de Siria y corren casi la misma suerte que los perros. La película tiene mucho que ver con Perros del espacio, el estupendo documental de Elsa Kremser y Levin Peter que vimos en mayo en el DocsBarcelona sobre las primeras misiones soviéticas al espacio para las que se uso a perros que vagaban por las calles de Moscú. Aquella película era etológicamente más atrevida y también más áspera, pero las dos componen un díptico poético sobre los márgenes de la urbanidad desde el punto de vista canino.

One of these days

de Bastian Günther. Alemania, 2020. 120’.
22 de noviembre de 2020. 58º Festival de Cine de Gijón (sección: albar). Filmin.

Manos encima. Ese es el nombre del concurso que organiza cada año un concesionario de automóviles de Texas. Se llevará una estupenda camioneta quien aguante más tiempo sin quitar su mano de ella. Habrá veinte participantes seleccionados por sorteo entre quienes se apunten a la prueba. Así empieza una tortura que dura varios días.

La idea de la historia es muy sencilla pero el desarrollo acaba siendo mucho más interesante que el de Danzad, danzad, malditos. La necesidad y la ambición convertidas en motor de la competición. La resistencia convertida en espectáculo. Y el mérito hipostasiado aunque su contenido sea irrelevante. De esto hablan precisamente dos libros magníficos que deberían ser de lectura obligada para muchos: La tiranía del mérito de Michael Sandel y  Contra la igualdad de oportunidades de César Rendueles (Pedro Sánchez está leyendo este último y me parece estupendo). Esta magnífica película evidencia la estupidez que supone aceptar que puede tener algo que ver el merecimiento de una camioneta con aguantar más tiempo con la mano sobre ella. Frente a eso la lotería de Navidad es más bonita y más justa porque se reduce solo a un azar festivo y no presupone que quien gana algún premio lo tiene bien merecido. No como sucede con el fútbol, ese espectáculo reglado y ubicuo con efectos narcóticos. O con nuestro sistema educativo, en el que aceptamos que merecen ser médicos o estudiar matemáticas y física quienes son muy buenos haciendo análisis sintácticos de oraciones subordinadas o tienen mucha habilidad para memorizar los estándares de la historia de España. Absurdos que también alcanzan a la selección de los que serán funcionarios docentes durante cuatro décadas porque han leído bien un texto que han escrito durante un par de horas sobre un tema sorteado. One os these days es cine del bueno (también en sentido ético) que no solo pretende atraer al espectador sino hacerle pensar. Si se entiende bien, lo que plantea en esta película resuena muy oportunamente con lo que denuncian Sandel y Rendueles en sus libros (la lectura de este último es, además, una verdadera delicia).

sábado, 21 de noviembre de 2020

Isabella

de Matías Piñeiro. Argentina, 2020. 80’.
21 de noviembre de 2020. 58º Festival de Cine de Gijón (sección: albar). Filmin.

Doce piedras. Dos actrices. Un hermano. Unas pruebas para una obra. Colores escenográficos. Medida por medida. Shakespeare. Tiempos dislocados. Y encuentros. Muchos encuentros.

El cine como fugas a la manera de Bach. Matías Piñeiro entiende sus historias como sutiles modelos para armar. Si Hong Sang-soo fuera argentino y menos tosco podría parecerse a Matías Piñeiro. Claro que para eso tendría que haber recibido una pizca de los universos de Borges, tener mucho cariño al teatro y cierta obsesión por Shakespeare. Hace ocho años lo tuvimos en el Niemeyer presentando Viola, otra historia magnífica que me dejó con muchas ganas de ver su anterior Rosalinda y también de que llegara esta última película de su tríptico de inspiración shakespeariana. Ahora que he podido disfrutarla me quedan aún más ganas de ver el resto de su obra. Así que estaría muy bien que en el próximo año este festival le dedicara uno de sus focos. Matías Piñeiro no es un director para públicos que rechacen las historias no lineales. Pero si se aceptan los hermosos juegos que nos propone en sus puzles filmados es fácil reconocer que es un cineasta fascinante y muy singular.