20 de mayo de 2013. Cines Marta, Avilés.
Al principio se hace extraño que el bueno de esta película sea este Matt Damon que hace de comercial de los malos. Cuando aparece el ecologista y desvela los riesgos de ese negocio su confundido personaje parece quedar a la deriva. Pero un hábil giro del guión, que deja malparado al supuesto ecologista, le permite cambiar de bando y recuperar el protagonismo de la historia. Al final, la actitud del personaje de Matt Damon (y la del propio actor, que es también productor y guionista de la película) acaba recordando a la de aquel jefe Seattle que también defendía, como si no fueran suyas, las tierras de sus antepasados.