22 de mayo de 2013. Centro Cultural Valey, Piedras Blancas. V.O.S.
Lucía Puenzo le da mil vueltas a Céline Sciamma. Si la francesa hubiera visto la matizada y emotiva XXY de la argentina quizá no se habría atrevido a abordar (tan mal) un tema como este. No usarás a la infancia en vano es el mandamiento cinematográfico que desobedece esta directora. Y es que poner la cámara delante de unos niños acostumbrados a ella puede embobar a algún espectador, pero no puede ser la base de una película. Si hay dudas al respecto, solo hay que comparar la historia de esta niña/o y sus padres medio autistas con la manera en que Kore-eda hace cine mayúsculo con niños en películas como Nadie sabe o Milagro. Hay que reconocer que en Francia tienen mucha suerte. Aunque algunas de sus películas sean tan malas como esta, consiguen que se premien, distribuyan y exhiban en sus cines (y también en los nuestros). Al cine español (o en español) eso no le pasa. Y no es cuestión de suerte.