3 de agosto de 2014. Parqueastur, Corvera.
El arranque parece devolvernos al lugar en el que los hermanos Coen abrían y cerraban la magnífica historia de Llewyn Davis. Así sabemos que la música no será solo la banda sonora de esta historia. Será el gran tema de la película. Y hasta el metatema en esa estupenda escena en que los personajes de Keira Knightley y Mark Ruffalo comparten la revelación de que la vida, como el cine, deja de ser banal cuando se la sabe mirar con la armonía de la música. Es una historia blanca con final feliz. Un homenaje a la música independiente, a la ilusión de crear y a la belleza de los sonidos de Nueva York.