sábado, 19 de septiembre de 2020

Sherman's March

de Ross McElwee. EE.UU., 1986. 157.
 19 de septiembre de 2020. Play-Doc, VIII Festival Internacional de Documentales. Filmin, Tui. V.O.S.

Durante la Guerra de Secesión el general Sherman hizo estragos en los estados del sur. Ross McElwee sigue un itinerario similar al que él siguió encontrándose (por interés propio o por recomendaciones de su familia) con una serie de chicas con las que podría (o no) llegar a tener relaciones. La película es, por tanto, un diario filmado de diversos encuentros previstos o incidentales desde una radical primera persona en un presente continuo en el que se evocan hechos de un pasado remoto y se advierte la sombra del miedo al desastre nuclear que aún estaba presente a mediados de los ochenta.
No había oído hablar de Ross McElwee cuando en 2011 me encontré en el Festival de Gijón con esa última joya suya titulada Photographic Memory. Así que poder ver varias de sus películas anteriores que se programan en este festival de Tui (que ahora podemos ver en Filmin) es un lujo inesperado. Sherman's March es ya un clásico que nos sitúa casi en los precedentes de ese mundo de los diarios filmados que tres décadas después ha dado tantos frutos, buenos y malos. Una de las cosas que más me ha llamado la atención de esta película es poder ver esa manera tan distinta (natural, pero no naturalista) de relacionarse con la cámara de unas personas que a mediados de los ochenta ya no posaban sorprendidas por su presencia, como en los tiempos de la fotografía en blanco y negro, pero que nada tenían (teníamos) que ver con esa socialización radical en el (auto)paroxismo audiovisual propia de esta última década. Las reflexiones y soliloquios de McElwee pueden tratar de la pesadilla nuclear, del sadismo de Sherman o de sus cuitas sentimentales. Pero todas tienen esa sinceridad que se convierte en testimonio de un tiempo biográfico precisamente porque no parecen tener la intención de serlo. Y, también resultan, más que sugerentes esos comentarios metavisuales en los que McElwee reflexiona sobre la separación (o no) del fluir de su vida convertida a la vez en sujeto y objeto para la cámara.