miércoles, 29 de enero de 2025

Toxic

de Saulė Bliuvaitė. Lituania, 2024. 99.
29 de enero de 2025. Centro Polivalente Integrado de Lugones. V.O.S.

Marija y Kristina viven en las periferias industriales de Lituania, pero sueñan con ir a Japón o a Nueva York para trabajar como modelos. Una academia está captando a chicas jóvenes para aprovecharse de sus ilusiones. Así convencen a Marija de que la belleza de su rostro puede compensar su cojera y a Kristina de que podría llegar a tener las medidas perfectas si se pone a dieta. Ella lo intenta por todos los medios. Hasta con una tenia.

Ayer vimos en la Casa de Cultura Las chicas de la estación que mostraba la crudeza de las vidas de unas adolescentes en Mallorca. Hoy volvemos al mismo tema con esta historia Lituana que el MUSOC proyecta hoy en Lugones. Toxic retrata los riesgos que puede suponer la esperanza para unas adolescentes sin horizontes. Algo parecido a Las chicas de la estación, una historia, más mediterránea y luminosa, en la que era la ilusión lo que hacía aún más vulnerables a las protagonistas. La historia de Juana Macías quizá resulte más cautivadora y despierte más compasión que la de Saulè Bliuvaitè. En todo caso, la afinidad entre las dos películas es más temática que formal porque creo que Toxic interesará más a los devotos del cine independiente que al público socialmente comprometido. Así que el Leopardo de Oro en Locarno seguramente estaba premiando la atinada combinación entre la sordidez de lo mostrado y el cuidado en lo formal. Cada escena demuestra una notable atención a la composición de los planos y a la contención de los tiempos en esos lugares desolados (los vestuarios, las casas, los exteriores...) que resultan por igual repulsivos y magnéticos (como esa lombriz intestinal metafóricamente retratada en el plano cenital de la cola que forman las aspirantes a modelos). Asimismo, la exuberancia vegetal y los sonidos de las aves contrasta con esos no lugares postindustriales por los que deambulan las chicas. Hasta el punto de que esa confrontación entre lo (in)humano y lo natural me ha recordado algunas escenas (y sonidos) de La zona de interés, la magnífica película de Jonathan Glazer. Por ejemplo, la tarde del baño preambular, la escena de la pesca en el río o los sonidos que llegaban hasta el jardín de la casa. Toxic demuestra conocimiento de los dramas que acechan a la adolescencia femenina y fidelidad estética a la senda formal iniciada por los hermanos Dardenne en películas como Rosetta. Sin embargo, no sé si realmente consigue lo que pretende. O si pretende lo que consigue. Me refiero a ese difícil equilibrio entre las intenciones éticas y las propuestas estéticas.