miércoles, 21 de mayo de 2025

El instinto

de Juan Albarracín. España, 2024. 92’.
21 de mayo de 2025. Cines Parqueastur, Corvera.

Abel es un arquitecto que padece agorafobia y trabaja siempre en su casa. En la zona hay un adiestrador de perros que se ofrece a entrenarlo para que pueda superarla. Dentro de dos semanas debería ir a Barcelona para presentar un importante proyecto, pero hace tres años que no sale de casa. Así que acepta la propuesta y se pone en manos de ese hombre.

Educación, obediencia y cobro. Son las tres partes de esta historia opresiva  ambientada en espacios de arquitectura contemporánea con maderas de chiquero. La película se centra en esos dos hombres magníficamente interpretados por Javier Pereira, al que descubrimos en Stockholm, y Fernando Cayo, ese actor extraordinario del que tan buenos trabajos hemos visto en el teatro (Los lunes al sol, Antígona, Inconsolable, Pancreas...) Juan Albarracín combina la intensidad creciente de esa relación inhumana con imágenes pretéritas de adiestramientos caninos con propósitos cinegéticos y también con recuerdos fugaces de la infancia del protagonista que apuntan hacia un lejano trauma en la relación con su padre. El instinto podría ser vista como un intento de llevar al límite las investigaciones de Milgram sobre la obediencia (la contraparte empírica de las tesis de Hannah Arendt tras el juicio de Eichmann) que Michael Almereyda mostró en Experimenter. Aunque también podría estar proponiendo una reinterpretación de las tesis hobbesianas sobre la naturaleza humana, dejando en paz a los lobos e indagando sobre la posibilidad de que el hombre pudiera llegar a ser un perro para el hombre (tanto por el lado de la sumisión como por el del dominio). Es verdad que Juan Albarracín arriesga mucho en una historia que tiene su principal riesgo en la verosimilitud. Pero también lo es que el dispositivo narrativo, la contención del escenario y el trabajo de los actores lo compensan.

viernes, 16 de mayo de 2025

Jane Austen arruinó mi vida

de Laura Piani. Francia, 2024. 94’.
16 de mayo de 2025. Cines Embajadores-Foncalada, Oviedo. V.O.S.

Agathe trabaja en Shakespeare & Co y escribe novelas románticas que nunca termina. Algo que también le pasa en su vida sentimental, que no es nada concluyente. Sin que ella lo sepa, un amigo especial envía su último escrito a la Residencia de Escritores Jane Austen en Inglaterra. Ella siente devoción por esa escritora, así que acaba aceptando la invitación para terminar su novela durante una estancia allí. Sin embargo, no cumplirá ese objetivo, pero esa temporada allí complicará un poco (y finalmente aclarará) su vida sentimental.
 
Muy francesa y muy inglesa. En las lenguas, en los personajes, en las atmósferas y hasta en las pequeñas bromas que sirven de contrapunto a una historia que, como su protagonista, no quiere ser del todo romántica. Y quizá sea eso lo que desequilibra la película, porque el puntito de comedia es más francés (más dado a la bobada torpona) que inglés (más tendente a la acidez fina). En todo caso, sin ser nada especial, se ve con agrado esta película levemente literaria.

Lo que queda de ti

de Gala Gracia. España, 2025. 91’.
16 de mayo de 2025. Cines Embajadores-Foncalada, Oviedo.

Sara ha vuelto desde Nueva York a su pueblo de Huesca porque acaba de morir su padre. Estaba preparando un disco de jazz, pero el inesperado regreso le hace replantearse muchas cosas. Entre ellas, si se podría hacer cargo del rebaño de ovejas de su padre. Su hermana vive allí y también tiene ganado, pero no puede asumir más trabajo.
 
El primer largometraje de Gala Gracia demuestra que es una directora con cosas que contar y sabiduría para hacerlo. Lo que queda de ti es la historia de un duelo filmada con la mayor contención y sensibilidad. Pero también un retrato del conflicto entre las raíces familiares y la vida que nos lleva, entre la belleza magnética de la vida rural y la dificultad para dejarlo todo y volver a empezar. Afortunadamente, Gala Gracia sabe superar los tópicos de la España vaciada (que acaban reforzando su olvido) con un retrato realista, elegante y emotivo de algo tan sencillo y natural como la llamada de la tierra y la posibilidad de una vida más plena en ella (en esto su película sintoniza con esa joya de Avelina Prat titulada Una quinta portuguesa). Laia Manzanares está estupenda en el papel protagonista, pero no puedo dejar de resaltar el excelente trabajo de Ángela Cervantes en el papel de la hermana. Estaba impresionante en La furia, la magnífica ópera prima de Gemma Blasco, y aquí también está soberbia. 

sábado, 10 de mayo de 2025

Una quinta portuguesa

de Avelina Prat. España, 2025. 114’.
10 de mayo de 2025. Cines Embajadores-Foncalada, Oviedo.

La mujer de Fernando le abandona sin decir nada. Ha vuelto a Serbia y no parece que quiera volver. Así que él deja las clases de geografía que daba en la universidad y se va sin ningún plan a la costa portuguesa. Casi por azar acaba trabajando de jardinero en una quinta para una mujer que también ha dejado atrás otro pasado.

Una delicia. Una maravilla. Tras esa primera joya titulada Vasil, Avelina Prat nos ofrece una película en la que de verdad uno querría quedarse a vivir. La historia no puede ser más delicada, amable, amorosa y bella. Y tiene personajes con alma, de carne y no de hueso, que se cuentan pequeñas historias y dejan fluir sus vidas, sin rumbo ni prisa, sabiendo que cualquier lugar puede ser el mejor del mundo si uno se detiene a quererlo. Puede serlo Barcelona, Esposende y, por supuesto, esa quinta fascinante desde la que Manuel, que ya no es Fernando, declara que no se le ha perdido nada en Guimarães. Con esta maravilla, Avelina Prat ya tiene un lugar muy singular en el panorama del cine ibérico y europeo. Y no podemos más que agradecerle haber creado esos magníficos personajes que interpretan María de Medeiros y Manolo Solo (y todos los demás) en ese paraíso en el que han aprendido a ser y dejarse estar. Él no deja de hacer maravillas (solo hay que recordar su papel en Cerrar los ojos de Víctor Erice) y a ella la cámara la quiere casi tanto por su gesto como por su deliciosa voz, esa que nos embelesó aquella noche en que vino al Niemeyer para presentarnos Capitanes de abril (justo antes de que yo decidiera empezar abrir blog). Así que salimos del cine con muchas ganas de volver a la deliciosa raya que es nuestro lugar en el mundo y desde allí escaparnos una y otra vez a esos paraísos cercanos que siempre nos esperan en Portugal.

Los pecadores

de Ryan Coogler. EE.UU., 2025. 137’.
10 de mayo de 2025. Cines Los Prados, Oviedo.

Son los años treinta y dos hermanos gemelos que han trabajado con Al Capone vuelven a su pueblo para abrir una sala de blues solo para negros. En la noche del estreno un primo suyo toca de forma tan sublime que consigue reunir a vivos y muertos.
 
Hubiera sido perfecto verla en Béjar la semana pasada (allí se celebra cada julio el que bien podría ser el festival de blues más interesante del país), pero que la película tuviera que ver con terrores vampíricos nos desanimó. Por suerte, la vemos ahora y comprobamos que, por oscura que sea, tiene más que ver con La La Land que con  cualquier Drácula. Los pecadores es un festín musical y visual en una historia en la que hay vampiros peligrosísimos, pero que uno casi se olvida de ellos en esta maravilla que da gusto ver hasta después de los títulos de crédito.

viernes, 9 de mayo de 2025

El cielo de los animales

de Santi Amodeo. España, 2025. 81’.
9 de mayo de 2025. Cines Parqueastur, Corvera.

Cuatro historias (relativamente) independientes. Son La nadadora, El fin de Darío, El hombre lagarto y Cómo ayudar a morir a un ser querido. Hay mosquitos, abejas y hasta un cocodrilo. También amores imprevistos y muertes que acechan. Y, por supuesto, una piscina.

Fascinante y también inquietante. Así es este modelo para armar de Santi Amodeo que resulta algo menos oscura, pero tan interesante como Las gentiles. El cielo de los animales se basa en algunos relatos de David James Poissant. No los conocía, pero sus atmósferas son cautivadoras y desasosegantes. Algo que Santi Amodeo traslada impecablemente a la pantalla en esta película que, por suerte, se proyecta en los Cines Parqueastur. De cuando en cuando la programación de estas salas tiene querencias por el cine independiente y eso se agradece.

lunes, 5 de mayo de 2025

El papa Francisco: Un hombre de palabra

de Wim Wenders. Suiza, 2018. 96’.
5 de mayo de 2025. Cines Embajadores-Foncalada, Oviedo. V.O.S.

Argentino en el origen y la lengua, franciscano en el nombre y la vocación, jesuita en el carácter, ecuménico en la voluntad y directo en las palabras. Así era el papa Francisco.
 
Javier Cercas, Jordi Évole y Wim Wenders. Algo debía tener ese hombre para interesar a los tres. Esta película nos muestra la claridad de sus palabras y sus actos con imágenes de sus viajes, de sus encuentros con los pobres y también con sus afirmaciones elegantes y comprometidas. Para mi no es fácil distinguir el acento de porteños y uruguayos (para ellos capaz que sí), por eso mientras disfruto escuchando su verbo parsimonioso y certero me acuerdo de las maneras de Mugica, ese magnífico oriental al que hace poco vimos en una entrevista, casi de despedida, con Évole. A Bergoglio lo vimos también en Francisco, el padre Jorge, otra película en la que Darío Grandinetti encarnaba su trayectoria desde los barrios más pobres de Buenos Aires hasta el Vaticano. Y también en otra magnífica película de muchas palabras: Los dos papas, de Fernando Meirelles. Aunque sean hagiográficas, en esta semana de cónclave apetece disfrutar con películas como estas. Y sintonizar con lo que dice José María Lasalle en el artículo que hoy publica en El País.

jueves, 1 de mayo de 2025

La buena letra

de Celia Rico Clavellino. España, 2025. 110.
1 de mayo de 2025. Multicines Béjar.

Tras la guerra, Ana y Tomás tratan de salir adelante como pueden con su hija y la abuela. También acogerán a Antonio, el hermano de Tomás, que ha salido de la cárcel. Él es especial. Por lo que ha sufrido y porque todos lo consideran un artista. A veces, sin avisar, se va de la casa por un tiempo. Hasta que una vez regresa con Isabel, una chica que ha vivido en Londres y tiene más ambiciones que Ana.
 
Con Viaje al cuarto de una madre y Los pequeños amores Celia Rico Clavellino ha demostrado tener un don especial para retratar los interiores de la cotidianidad emotiva, la relevancia de lo tácito y el relieve de los sentimientos. Aquí es la deslealtad lo que condena a ese matrimonio humilde a una desazón sin remedio. Algo que Celia Rico Clavellino consigue mostrar, como acostumbra, sin subrayados y con mucha delicadeza. Para ello cuenta con un material de partida extraordinario como es la novela de Rafael Chirbes. La decisión de reducir a cuatro los personajes principales le permite mostrar mejor sus caracteres e interacciones. Pero sigue siendo Ana (la voz narrativa en la novela de Chirbes) el punto de vista desde el que cuenta la historia. Loreto Mauleón le da el tono perfecto a esa Ana paciente y buena, con unos contrapuntos impecables en los trabajos de Ana Rujas en el papel de Isabel, de Roger Casamajor como Tomás y Enric Auquer como Antonio. Sin duda, la buena caligrafía de esta película animará a muchos a leer la novela de Chirbes. Y descubrirán una joya que formaría un tríptico magnífico con Nada de Carmen Laforet y Los girasoles ciegos de Alberto Méndez.