domingo, 14 de abril de 2019

La caída del imperio americano

de Denys Arcand. Canadá, 2018. 128’.
14 de abril de 2019. Cines Lys, Valencia.

Pierre-Paul es un doctor en filosofía pesimista y un repartidor de paquetes diligente. También suele echar una mano como voluntario en un comedor social. Un día en que acaba de aparcar su furgoneta coincide con unos atracadores que resultan malheridos y dejan ante él dos grandes bolsas llenas de dinero. Aunque primero lo duda, Pierre-Paul coge ese dinero sin dueño y sin testigos y se lo lleva. Ahí empieza una aventura en la que conocerá a una prostituta de lujo que no le abandonará, a un expresidiario con nociones de economía y a un gestor de finanzas muy hábil en la tarea de opacar el dinero en redes internacionales. Inmerso en las truculencias por evitar por igual a los policías y a los que buscan el botín, Pierre-Paul sigue con su trabajo de repartidor de paquetes, con su compromiso con los pobres y con su forma de ver la vida.

La historia parece tener poco que ver con El declive del imperio americano y Las invasiones bárbaras, las películas Denys Arcand con las que cierra una trilogía que comenzó hace más de treinta años. Sin embargo, en los subtextos demoledores sobre el capitalismo americano (ahora global) y en las querencias irónicas sobre la cultura contemporánea, La caída del imperio americano encaja muy bien con aquellas. La conversación inicial entre el protagonista y su mujer podría estar firmada por el Woody Allen más inspirado y el desarrollo general de la historia parece un thriller ágil y amable con granujas empáticos. Pero, más allá de eso, La caída del imperio americano es un atinado retrato sobre el presente con irónicos guiños a las perspectivas económicas y filosóficas de la generación de los hijos o los nietos de los protagonistas de El declive. Así que, además de una oportunidad para conocer los estupendos Cines Lys en esta tarde valenciana y de recordar aquellos tiempos de cinefilia veinteañera en los Alphaville madrileños, la nueva película de Denys Arcand nos ha permitido disfrutar de una historia divertida que tiene mucho más calado del que parece.