miércoles, 17 de abril de 2024

Vania en la calle 42

de Louis Malle. EE.UU., 1994. 119’.
17 de abril de 2024. Filmin. V.O.S.

En un teatro abandonado de Manhattan un grupo de actores hacen un ensayo general, pero íntimo, de El tío Vania de Chéjov. La historia que representan es la de una familia y un médico en una casa de campo rusa. La familia es diversa. Están el tío, la sobrina y la señora que los cuida. Y también el escritor y su mujer urbanitas que han venido para quedarse en ella o para que se venda. El conflicto es puntual y múltiple. Pero también esencial y existencial.

Creo que la vi en los Alphaville de Madrid hace casi treinta años, pero el vago recuerdo que tenía de esta película me animaba a verla de nuevo. Sobre todo, después de asistir la semana pasada a las versiones 1 y 2 del Vania x Vania de Pablo Remón. Vania en la calle 42 es teatro filmado con la mayor cercanía e intimidad. Desde cinco años antes, André Gregory ensayó con un grupo de actores esta obra solo para ellos, sin ninguna intención de estrenarla. Fueron varios encuentros en el Victory Theatro, un local abandonado de la calle 42. Pero en 1994 él y Louis Malle decidieron convertir aquella experiencia en esta película que fue filmada en el precioso y casi arruinado New Amsterdam Theatre también de la calle 42. El resultado es esta joya que cuenta con una fotografía magnífica y concede la mayor atención al texto y al trabajo de los intérpretes. Disfrutar, en este orden, de la lectura del texto de Chéjov, de la contemplación de las dos versiones sobre el Tío Vania dirigidas por Pablo Remón y recuperar ahora esta magnífica película de Louis Malle (y André Gregory) sobre la intimidad escénica en un teatro vacío singularmente propicio para los fantasmas chejovianos, ha sido una secuencia impagable. A veces las mejores experiencias estéticas son las que nos deparan, mano a mano, nuestra voluntad y el azar.