domingo, 14 de abril de 2024

Las hermanas Munekata

de Yasujirō Ozu. Japón, 1950. 112.
14 de abril de 2024. Centro Niemeyer, Avilés. V.O.S.  

Setsuko y Mariko llevan un bar en Tokio. Setsuko viste al modo tradicional y está casada con Mimuro, un hombre taciturno que la maltrata. Mariko es su hermana pequeña. Su carácter es mucho más alegre y viste siempre a la manera occidental. Antes de casarse, Setsuko estuvo enamorada de Hiroshi y, ahora que ha regresado de Francia, su hermana intenta que deje a su marido y se vaya con él.

Una historia de amor, desamor, fraternidad y sororidad. Pero también un retrato de los modos y costumbres en liza en el Japón de posguerra. Con su habitual sencillez y maestría Ozu compone las escenas con elegancia y cuida las transiciones con encuadres de espacios abiertos, urbanos o naturales. Hay mucho equilibrio y hondura en el compasivo retrato sobre las actitudes de las dos hermanas, algo que se hace explícito en los consejos de su padre, que bien pudiera ser un trasunto el propio Ozu y del cariño con que trata a sus personajes. Incluso el de Mimuro, ese marido violento y derrotado que deambula con tristeza silente sin encontrar su lugar. Por la fecha en que Ozu filma este retrato íntimo y sentimental de aquel Japón mutante, Las hermanas Munekata podría formar un díptico magnífico con Vivir, aquella joya sobre la vida, el tiempo y la burocracia que filmó Kurosawa dos años después.