martes, 3 de noviembre de 2020

Corpus Christi

de Jan Komasa. Polonia, 2019. 116’.
3 de noviembre de 2020. Casa de la Cultura, Avilés. V.O.S.

Un joven sale temporalmente de un reformatorio para trabajar en una serrería. Él quisiera ser cura, pero sus antecedentes le impiden ingresar en el seminario. Cuando llega al pueblo en el que iba a trabajar entra en la iglesia y se produce un malentendido que le permite sustituir por un tiempo al párroco del lugar. Él es feliz en ese papel y lo desempeña de forma singular y compasiva. Así que cuando la impostura se desvela y tiene que dejar la iglesia, los feligreses lo lamentan tanto como él. 

Jan Komasa había mostrado su buen hacer en La sala de los suicidas, una película que me gustó mucho más por la forma que por las intenciones.  Sin embargo, además de una historia poderosa con un guión perfecto y unas interpretaciones magníficas, aquí nos ofrece una obra en la que ha calibrado muy bien las intenciones y los destinatarios. Corpus Chirsti es una película radicalmente católica y radicalmente agónica. Por el retrato de este cura vocacional pero profano, de esa comunidad corrompida que está pidiendo a gritos que venga Dios y la vea, de ese país y esa Iglesia con necesidad perentoria de que alguien (por ejemplo un cineasta) les haga mirarse en un espejo. Corpus Christi es interesante para cualquier público. Aunque creo que no llegarán a verla, también sería muy aleccionadora para esos jueces del Tribunal Supremo y esos profesores que han asignaturizado la religión en el bachillerato. Aunque no sean polacos, no les vendría nada mal a ninguno de ellos. En el otro blog he escrito algo sobre eso.