domingo, 15 de noviembre de 2020

La fiesta silenciosa

de Diego Fried. Argentina, 2019. 87’.
15 de noviembre de 2020. 46º Edición del Festival de Cine Iberoamericano de Huelva (sección oficial). Filmin.

Laura va con su futuro marido a la finca rural de su padre en la que al día siguiente se van a casar. Al atardecer ella sale de casa y llega a una casa vecina donde un grupo de gente silenciosa bebe y baila con los auriculares puestos. Ella se incorpora a la fiesta y lo que podría ser un escarceo erótico con un chico guapo se convierte en una violación por otro que un tercero grabará. Ella regresa a casa, pero en medio de la noche volverá armada para buscar al violador. Enseguida llegarán también su padre y su novio. Y la cosa acabará muy mal.

No hay ninguna duda de que, si fuera gringo, el padre de la muchacha habría votado a Trump. Es un tipo maduro que está encantado de haberse conocido y tiene una hija que tampoco se hace querer. Así que da un poco de pena ese pobre pánfilo que se va a casar con ella y que se convertirá en yerno de un tipo así. Sin embargo, la agresión canalla en la casa de esos sonámbulos lúdicos hace que la película gire hacia un género en el que la noche, las armas y la sangre maridarán muy bien. Reconozco que la historia está bien contada, aunque es un tipo de cine que no me suele interesar. En cualquier caso, me parece que están muy bien definidos esos cinco personajes masculinos del novio bobo, el padre chulo, el guaperas ligón, el baboso violador y el videomirón. Eso sí, lo que me ha encantado es el trabajo de Gerardo Romano bordando ese papel de macho alfa que se siente en su salsa en ese hábitat tan propio del pijerío argentino como es el country rural.