sábado, 4 de enero de 2020

El despertar de las hormigas

de Antonella Sudasassi Furniss. Costa Rica, 2019. 94.
4 de enero de 2020. Centro Niemeyer, Avilés.

Retrato de Isa y su familia. Su delicada relación con sus hijas. Su afinidad incompleta con su marido. Su posición postergada con su suegra. Y su felicidad trabajando como modista y teniendo complicidades liberadoras con otras mujeres.

Hiperrealismo doméstico centroamericano. Apacible, delicado, y cercano. Como el carácter de esa mujer joven que es un cielo. Entramos en una intimidad femenina que es más que familiar. Es la de los sentimientos, a la vez sencillos y complicados, de una mujer que vive en un entorno de elegantísima modestia. Los pelos que se pierden en sus sueños o se cortan en sus decisiones más atrevidas tienen mucho de simbólico. Como esas hormigas que aparecen de cuando en cuando y dan un aire de realismo mágico a una historia muy mágica y muy realista. El despertar de las hormigas es una película atenta a los detalles que está llena de vida y de belleza. Es una delicada reivindicación feminista que quizá es más eficaz porque prescinde de subrayados o maniqueísmos. Antonella Sudasassi consigue lo más importante. Que su historia deliciosamente cálida con pespuntes inquietantes nos fascine y nos conmueva. Y que nos alegremos de que Isa se atreva y se decida. Así que al terminar le deseamos lo mejor a Isa. El despertar de las hormigas es una nueva prueba del magnífico cine que se hace en español. También en Costa Rica.