15 de enero de 2019. Centro Cultural Valey, Piedras Blancas. V.O.S.
Mara se ha casado con un estadounidense al que había estado cuidando como enfermera. Su intención es quedarse en Estados Unidos y por eso ha vendido su casa en Rumanía y se ha traído a su hijo. Sin embargo, aún no tiene la tarjeta de residente y las cosas se complican cuando el funcionario que debe evaluar su caso se comporta como un canalla.
Mujer, madre y rumana. Lo peor es lo tercero para entrar en Estados Unidos, pero el sufrimiento será mayor por ser guapa y tener un hijo. Su anhelo de tener una vida mejor convierten a Mara en víctima propiciatoria para un sistema burocrático en el que los extranjeros están bajo sospecha y los depredadores se aprovechan. No hay subrayados ni exageraciones en la película de Ioana Uricaru, sino una historia bien contada con momentos tan intensos como la escena de los policías y el niño o los tres encuentros con el (dis)funcionario. Buen cine rumano en contexto americano. Una denuncia más que oportuna en estos tiempos en que los xenófobos más ignorantes y despiadados llegan a ser presidentes o diputados.