viernes, 5 de enero de 2024

Reality

de Tina Satter. EE.UU., 2023. 83’.
5 de enero de 2024. Filmin. V.O.S.

Cuando Reality está llegando a su casa se encuentra con dos hombres que quieren hablar con ella. Son del FBI y enseguida vienen varios más para registrarlo todo. En una habitación vacía los primeros le hacen preguntas sobre unos documentos a los que tuvo acceso cuando trabajaba para la inteligencia militar. Ella es Reality Winner y lo que presenciamos son las palabras que se dijeron realmente en ese interrogatorio.

El encuentro es tan sosegado como inquietante. Reality encuentra bastante complicidad en los agentes del FBI cuando hablan sobre su perra y su gata. También en la forma tan correcta en que la tratan. Pero, conforme avanzan las preguntas, el gesto de ella va cambiando. Reality no tuvo nunca el compromiso ni el valor de un Edward Snowden (que quedó bien patente en Citizenfour de Laura Poitras o en Snowden de Oliver Stone), pero sí la dignidad suficiente para difundir un documento secreto que confirmaba la injerencia rusa en favor de Trump en aquellas elecciones en que él lo negó, retando a que, quien las tuviera, aportara pruebas de ello. El destino de los dos fue bien distinto: ella fue condenada a cinco años de cárcel y él ocupó durante cuatro años la presidencia de Estados Unidos y ahora pretende volver. Si fuera una ficción, la película de Tina Satter ya sería excelente. Pero, ciñéndose a las grabaciones reales (como hizo David Ilundain en B, aquella película en la que Pedro Casablanc clavó el papel de Bárcenas), viene a confirmarnos la debilidad y desvergüenza de algunos estados de Derecho. Defectos que no son solo de Estados Unidos. En otra escala, también se dan más cerca.