sábado, 27 de enero de 2024

Pobres criaturas

de Yorgos Lanthimos. Irlanda, 2023. 141’.
27 de enero de 2024. Cines Parqueastur, Corvera.

Una mujer se suicida tirándose desde un puente. Luego la vemos transformada en Bella, la extraña criatura creada por el doctor Baxter, un investigador experimental que se atreve con todo tipo de trasplantes, incluidos los de cerebros. Al principio Bella tiene la mente y los ademanes curiosos propios de un bebé. Y así va descubriendo sus deseos, las imposiciones exteriores y los conflictos que a veces hay entre ambos. Dispuesta a vivir y disfrutar todo lo posible, Bella aplaza su matrimonio con el bondadoso ayudante de Baxter y acepta la propuesta de Duncan Wedderburn de viajar por el mundo sin prejuicios. Así conocerá Lisboa, Alejandría y París. Y conocerá el placer de satisfacer sus libérrimos impulsos y lo poco que coincide su moralidad innata con la del mundo.

Solo por la pasmosa escenografía, la deliciosa fotografía y la forma en que Emma Stone consigue encarnar a esa pequeña salvaje tan deliciosa ideada por un doctor Frankenstein bueno (interpretado magníficamente por Willem Dafoe) ya se justifica sobradamente las casi dos horas y media largas de esta cautivadora película. Los animales imposibles, las arquitecturas surrealistas, los planos tubulares, los grandes angulares extremos, el blanco y negro de la mansión en que pasa su infancia esta criatura con cuerpo de mujer o el colorista viaje por esas ciudades recreadas, son buena muestra de hasta dónde puede llegar la libertad creativa de Yorgos Lanthimos. Seguramente a algunos les resultará aquí tan provocador y excéntrico como el que dirigió Canino, Langosta o El sacrificio de un ciervo sagrado.  Sobre todo en las partes de la iniciación y disfrute radical de la sexualidad o en el descubrimiento de las ventajas de la prostitución. Sin embargo, la historia de Pobres criaturas es mucho más definida y menos inquietante que aquellas. En esto confirma y lleva más lejos sus planteamientos formales de La favorita y plantea un periplo femenino y feminista bastante afín al de Greta Gerwig en Barbie, otra película estéticamente extrema (aunque aparentemente muy distinta) en la que también una joven ignora los límites, descubre el mundo e invierte las lógicas de poder iniciales. Cuando parece que cerrará esta historia con un final feliz matrimonial, Lanthimos nos ofrece un giro que la cierra con más equilibrio subrayando el ajuste de cuentas con el mundo que protagoniza esta criatura convertida en heroína liberadora y liberada.