25 de marzo de 2020. I Festival On line de Cine Dirigido por Mujeres, Avilés.
A Pep le gusta Sara. Una tarde en que toda la pandilla juega a esconderse, él lo hace donde está ella y hablan un poco. Luego Sara desaparece. Esa noche todo el pueblo la busca, pero cuando Pep vuelve a la casa de su abuela la encuentra en su habitación. Allí permanecerá escondida hasta que acabe el verano para él y ella termine de leer Ana Karenina antes de irse lejos del pueblo.
Otra historia de adolescentes que pasan el verano en la España rural. La vida sin Sara Amat es un relato de iniciación (la de Pep) y de liberación (la de Sara). Una historia sencilla con una ambientación muy cuidada y una fotografía primorosa. Un pueblo en los años setenta en el que solo los guardias civiles no hablan catalán es el entorno adecuado para esta historia de complicidades adolescentes y de secretos arriesgados. Como el que guarda ese chico bueno que será feliz teniendo a Sara en su habitación y para el que la vida no volverá a ser igual cuando ella se vaya. Con esos estupendos intérpretes juveniles que son Biel Rossell y María Morera, Laura Jou consigue que, sin ninguna estridencia, su película resulte muy grata para cualquier edad y cualquier mirada. Y eso está realmente bien.