11 de marzo de 2020. Centro Cultural Valey, Piedras Blancas. V.O.S.
El alcalde socialista de Lyon lleva treinta años en la política y siente que las ideas ya no le bullen como antes. Por eso ha contratado a Alice, una joven que se ha dedicado a la filosofía en el extranjero. Será una asesora que invitará al alcalde a reflexionar sobre el concepto de modestia, un cuerpo extraño en el intrincado mecanismo de la asesoría política y una espectadora de excepción de ese mundo.
Entiendo muy bien la perspectiva de Alice (yo también la tuve una vez) y aunque nuestra mirada es la de ella, el verdadero protagonista de la película es ese imponente animal político que bien podría haber llegado al Eliseo pero que, cuando podría hacerlo, duda y finalmente rehúsa. El entorno corresponde a la política municipal de una ciudad media pero, tratándose de Francia, las maneras son las propias de la alta política republicana, esa que parece no haber renunciado a la grandeur tras cortarle la cabeza al rey. Así que Nicolas Pariser nos ofrece una película interesantísima, no apta solo para franceses, que muestra desde dentro la cotidianidad de la política y que tiene en ese discurso que el alcalde nunca llegará a pronunciar un diagnóstico certero de la situación (quizá no solo) de aquel país y un magnífica perspectiva para entender por qué la izquierda política sigue siendo imprescindible en el siglo XXI.