de Julio Medem. España, 2025. 126’.
26 de marzo de 2025. Cines Parqueastur, Corvera.
Octavio y Adela nacieron el 14 de abril de 1931. Él en una familia de derechas y ella en una republicana. A lo largo de sus vidas tuvieron encuentros intermitentes que vemos en ocho capítulos, algunos muy apasionados y otros muy desgraciados. Hasta que la muerte les unió para siempre en ese mismo día, noventa años después.
Paz, piedad, perdón. Medem no lo cita, pero el famoso alegato de Azaña late bajo esta recapitulación de la historia reciente de España que parece evocar (y querer conjurar) ese icono ibérico que es el Duelo a garrotazos de Goya. Pero sus ocho capítulos, más que una selección de episodios nacionales, pueden ser vistos como las entregas de un folletín. Y está claro que Medem es mucho más Medem en las primeras. Quizá por eso Ana Rujas está magnífica en las edades espléndidas, pero en las tardías parece menos creíble. Eso sí, el pulso de la cámara, las atmósferas del relato y la banda sonora son una delicia. Quizá el tono de la historia, la linealidad de sus capítulos y la decisión de acoplarlos (a veces de forma forzada) a momentos emblemáticos de la historia del país, hace que la película pierda el brío que podría tener si Medem insistiera más en su querencia por los azares mágicos y apasionados, justo lo que hace más singular y fascinante su cine. Él es un cineasta que siempre ha arriesgado y, quizá por ello, ha sido mal tratado por la crítica, especialmente desde La pelota vasca. Si este 8 lo firmara Almodóvar seguramente se habría recibido como una gran obra con muchas probabilidades de ganar un Oscar.