de Jacques Audiard. Francia, 2024. 130’.
9 de noviembre de 2024. Cines Embajadores-Foncalada, Oviedo.
Rita trabaja en un bufete de abogados de Ciudad de México. Es una una joven muy inteligente que logra ganar casos que a ella le repugnan moralmente. Hasta que recibe la oferta del jefe de un cártel para que le ayude a cambiar de sexo. Su trabajo será gestionar la operación médica, cambiar su identidad y poner a salvo a su familia. Su cliente se llamará después Emilia Pérez y estará tan alejada de su vida anterior que liderará una fundación para buscar a las víctimas desaparecidas por la violencia.
El director de películas tan magníficas como Un profeta, De óxido y hueso, Dheepan, Los hermanos Sisters o París, Distrito 13, ha firmado una joya mexicanísima que debe ser orgullo (por contraste) para el cine francés. Emilia Pérez es una película sobre la redención, sobre la transformación (de género y de vida), sobre la testosterona y la ternura, y también sobre la violencia y la belleza de un país tan intenso como México. Pero también es un musical, una exhibición de buen hacer en el montaje, en la osadía con las imágenes (impagable ese plano oscuro que se abre para mostrar los rostros de desaparecidos), en un texto perfecto (también cuando se canta) dicho en un español mexicano que solo está al alcance de un director francés que se deja asesorar muy bien por quienes conocen cómo se habla y cómo se vive allí. Por ejemplo, por Karla Sofía Gascón, que hace un trabajo magnífico en los dos tiempos del personaje protagonista y que esta mañana, previa al estreno de diciembre en las salas, nos ha acompañado desde Madrid en el coloquio que siguió a la proyección simultánea en los cines Embajadores de allí y de aquí. Y ha dado gusto escuchar sus comentarios sinceros, lúcidos, frescos, cachondos y llenos del delicioso desparpajo propio de la buena vida. Justo la que ansía (y en cierta medida consigue) su personaje y que en esta película sabe retratar como nadie ese magnífico director (que no parece francés) llamado Jacques Audiard.