26 de octubre de 2019. Teatro Zorrilla, 64º Semana Internacional de Cine de Valladolid (Punto de Encuentro).
Pedro dirige una productora ahogada por deudas. Ha dejado de pagar a Hacienda así que el desastre es inminente. También el familiar porque está separado de su mujer y los dos tienen una niña pequeña. La inminencia de la fiesta de cumpleaños de la niña y la gravedad de la crisis financiera de la empresa que también comparten hace muy difícil ese día y medio para Pedro.
Un retrato de un boludo perfecto. Pero 36 horas no es solo eso. Esta magnífica historia sobre la debacle de este hombre ridículo es una oportuna ilustración de esa boludez social que genera formas de vida en las que el dinero, el crecimiento y las deudas son el aire que respiran (en Argentina y en otros sitios) unas clases medias que no quieren serlo. Claudia Piñeiro lo retrató magníficamente con esa estupenda novela sobre la época de Menem que es Las viudas de los jueves y Néstor Mazzini hace lo mismo en la época de Macri con esta magnífica película. Filmada con poco presupuesto y con mucho saber hacer (en el guión, en el ritmo, y en el trabajo con los actores) 36 horas se hace interesante desde el primer segundo hasta que se acaba ese tiempo. El naturalismo de los diálogos y lo bien que se entienden César Troncoso y Andrea Carballo en las disputas de sus personajes hacen que la película sea mucho más que notable. En el agradable coloquio que siguió a la proyección Néstor Mazzini nos comentó que ya tiene filmada la segunda parte de lo que será una trilogía. Ojalá que tenga mucho éxito con estas 36 horas y podamos ver pronto en España las otras dos películas.