22 de octubre de 2019. Casa de la Cultura, Avilés. V.O.S.
Saleem y Sarah son amantes clandestinos que se encuentran algunas noches. Los dos viven en Jerusalen pero él es un palestino casado que espera su primer hijo y ella es judía y su marido es un coronel de la policía israelí. Sus vidas se complican cuando, tras un incidente en Belén, detienen a Saleem y quieren saber quién era la mujer que le acompañaba.
La historia está basada en hechos reales pero la forma en que se va contando tiene la urdimbre y la trama de las mejores tragedias clásicas. Un guión perfecto con una evolución magníficamente trenzada sobre un conflicto lleno de dilemas en los que es fácil ponerse en la piel de los cuatro personajes implicados. Las interpretaciones son soberbias (también las de los actores secundarios) y desde el comienzo nos van presentando a unos seres muy bien construidos poniéndose a prueba la fortaleza y la lealtad de estos amantes truncados y mostrándose la evolución de lo que sienten sus parejas. Cada vez tengo más claro que al otro lado del Mediterraneo (desde Marruecos hasta Irán) se hace un cine magnífico con unos guionistas soberbios que saben construir historias cautivadoras en las que se plantean conflictos no menos universales que los de los clásicos griegos. Esta película palestina estuvo el año pasado en la Seminci y bien podría haberse llevado una Espiga. Sospecho que entre las que he seleccionado para ver el próximo fin de semana quizá tengamos suerte y nos encontremos con una película tunecina y un documental sirio que podrían confirmar una vez más mi buena opinión sobre el cine que se hace más allá del Mediterráneo.